¡La que está liando Zapatero! Ya sabemos, porque nos lo repitieron
Rajoy y sus secuaces, a modo de consigna, hasta la saciedad, que los
males de España son todos culpa de Zapatero, incluidas las tremendas
miserias que corrompen a los que la repetían sin descanso, los del
partido de la gaviota. Imitando, ya sabemos, los métodos de Goebbels, el
ministro de Propaganda de la Alemania nazi.
La semana pasada fue una semana muy negra para los del Partido
Popular. Y es que Rajoy y compañía han tenido que lidiar, día sí y día
también, con gravísimos escándalos de corrupción, y lo que queda. Eso
sí, como es de costumbre, y eso, imagino, también forma parte de sus
ladinas consignas, minimizándolo todo, como es de rigor; como niega el
ladrón sus latrocinios aunque se le pille con las manos en la masa. Y
entonando un falso e hipócrita “tua culpa”, con los cínicos y vacíos
discursos correspondientes de cara a la opinión pública, que luego la
gente tiene que votar.
El bochornoso escándalo de las Tarjetas black de los directivos de
Bankia y Caja Madrid, salpicando hasta la médula a Rodrigo Rato, ex
presidente de ambas entidades y del FMI, y ex ministro de Aznar,
inauguraba la primera semana horribilis para la derecha española. Lo
cual no parece ser más que la punta de un gigantesco iceberg.
Supimos también la semana pasada de la imputación del ex secretario
del partido, y también ex ministro de Aznar, Ángel Acebes, en la causa
de los papeles de Bárcenas. Supuestamente Acebes compró acciones de
Libertad Digital con fondos de la caja B del Partido Popular. Y supimos
también de la imputación en la misma causa de otro Popular, José Manuel
Molina, ex alcalde de Toledo, por la supuesta adjudicación irregular de
una contrata a cambio de dinero destinado a la campaña electoral de
Cospedal.
Y hemos sabido también, según las investigaciones de Hacienda, y por
el auto emitido el pasado viernes por el juez instructor, que el total
de dinero negro con que se pagó las reformas de la sede central del
partido, en Génova 13, asciende presuntamente a 1,71 millones de euros.
Resumiendo muy mucho, de los altos cargos del Partido Popular no se
libra casi ni el apuntador. El 75 % de los ministros de Aznar están
imputados o son presuntos beneficiarios de la trama Gürtel. A
todo esto, Rajoy, presidente del Gobierno de España, país también
presuntamente democrático afirma: “Que se castigue a los culpables y se
respete a los inocentes”; aunque, si así se hiciera, del Partido
Popular, en lenguaje coloquial, no iba a quedar libre ni el Tato.
Y suma y sigue. Esta misma semana comenzó con 51 detenidos por la
Fiscalía Anticorrupción, en relación a una trama mafiosa que se ha
beneficiado de adjudicaciones públicas fraudulentas en 250 millones de
euros sólo en dos años; uno de los detenidos, Enrique Granados, delfín
de Esperanza Aguirre, y secretario general del PP en Madrid entre 2004 y
2011. Y Mariano Rajoy ¿qué dice el Presidente del gobierno ante tal
compleja tesitura? Los amigos son los amigos; llamó a Acebes para
solidarizarse con él, y para decirle que este asunto es “muy injusto”. Y
días después, tras un espeso silencio, sale a la palestra y pide
perdón. Como si el delito fuera sólo un pecado, y no un crimen. Aunque
ya sabemos que el cristianismo enseña a justificar cualquier mal, que se
redime, tras la confesión, con el perdón divino.
¡Angelitos! Tan cristianos ellos, y tan humanos que se ven obligados,
por ahorrar, a arrasar el país, porque hay que recortar, que no hay
dinero para sus lujos; aunque eso sí, son tan humanitarios y tan buenos
cristianos que repatrian a dos misioneros católicos enfermos terminales
de ébola, a saber por qué o por quiénes inducidos, y aun sabiendo que
hubieran podido rematar la faena, contagiando una epidemia como dios
manda y acabando con todo lo que se mueve y lo que no también.
Aunque la culpa de todo la sigue teniendo Zapatero y la herencia
socialista. La que está liando, desde su retiro político. Las hordas
rojas y judeo-masónicas son capaces de haber teledirigido a los
inocentes angelotes del PP a meter la mano como autómatas, con tanto
descaro, en la caja de dinero de los españoles. Y es que los radicales
de izquierdas, esos malditos demócratas y defensores de los derechos
humanos, son capaces de cualquier cosa, sobre todo si están comandados,
en secreto, por ZP; aliado seguramente con Llamazares, el de IU, y con
Pablo Iglesias, el de “Podemos”, en una conspiración marxista-leninista
que pretende acabar con la España de los valores cristianos y patrios.
Habría que acabar con esos tres, que en tiempos de Franco ya estarían
criando malvas.
Dejando el sarcasmo a un lado, algunos dicen, los que no se enteran
de nada, que todos los políticos son iguales; que el poder corrompe.
Comparto más la tesis de George Bernard Shaw, quien decía que “no es
cierto que el poder corrompa. Son algunos ámbitos y algunos políticos
los que corrompen el poder”. Y así vamos, presenciando en directo que la
realidad supera a la ficción. Por utilizar la excelente metáfora de
Iñaki Gabilondo, en Alí-Babá son cuarenta los ladrones. Con Rajoy y el
PP son muchísimos más.
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