Casi siempre se piensa en delitos y asuntos ilegales al hablar de un
sinvergüenza. El robo, el dinero negro, las comisiones y las estafas
están a la orden del día en el panorama triste de la administración y la
política española. En la cárcel viven el tesorero todopoderoso del partido del Gobierno,
el cacique del Partido Popular en Castellón, un exministro y cargos muy
significativos de la red política de Esperanza Aguirre. Incluso se
intuye que dentro de poco las puertas del Palacio de las Rejas se van a
abrir para dar la bienvenida al marido de doña Cristina de Borbón.
Perder la vergüenza conduce a la ilegalidad. Pero nos
equivocaríamos al olvidar que existen muchas formas legales de perder la
vergüenza en política. En una sociedad como la nuestra, a veces resulta
mucho más grave la legalidad que la ilegalidad.
Dentro de las disputas electorales es un ejercicio legal echarle la
culpa al adversario y pintar de rosa el resultado de las gestiones
propias. Pero hace falta perder la vergüenza para afirmar como
presidente del Gobierno de España que “la crisis es historia del pasado”.
El triunfalismo mentiroso supone un desprecio inadmisible al deterioro
de la vida cotidiana de millones de desempleados y de millones de
trabajadores a los que no les llega el salario para salir de la pobreza.
Es legal que un ministro del Interior tenga su ideología sobre el trato que merecen los inmigrantes. No es legal favorecer devoluciones en caliente
que violan las leyes del país. Y sea legal o no, es una forma de perder
la vergüenza ponerse chulo con los derechos humanos y el deber de
asilo. El ministro Jorge Fernández Díaz se comporta con un impudor
cínico y alarmante cuando desprecia a las instituciones europeas
comprometidas con el cumplimiento de los derechos humanos en una
frontera. El ministro del interior es un sin papeles, porque los pierde,
al llamar hipócritas a los ciudadanos con preocupaciones humanitarias y
al pedir domicilios para enviar inmigrantes. ¿Qué idea tiene el
ministro de las obligaciones de un Estado?
Es legal que la diputada Andrea Fabra tenga sus ideas sobre la riqueza y
la pobreza, el orden social y los derechos cívicos. Pero perdió la
vergüenza –tanto como su padre con los trapicheos de dinero público–,
cuando gritó que “se jodan” en un debate parlamentario sobre los parados.
Es legal que haya diversas opiniones sobre la historia de la Guerra
Civil española y los silencios y los pactos asumidos en la Transición.
Pero Rafael Hernando perdió la vergüenza al decir en nombre del Partido
Popular que “las víctimas del franquismo sólo se acuerdan de sus familiares cuando hay subvenciones”.
Hasta aquí esta breve historia de la infamia. Existen muchos modos
legales de perder la vergüenza y los casos abundan en un país falto de educación ciudadana y de vida democrática.
Pero las ideologías políticas tienen formas más graves de perder la
vergüenza dentro de la legalidad. Sin duda parece legal que a ACS se le
haya pagado una indemnización de 1.350 millones de euros por el fracaso del proyecto Castor,
el famoso almacén de gas submarino frente a Vinarós. Sin duda parece
legal que el pago se haya hecho de forma vertiginosa, acelerando los
ritmos lentos de la administración y desatendiendo otras prioridades
humanitarias en época de crisis. Y sin duda parecerá legal que los
consumidores paguemos 4.731 euros en nuestras facturas, por un negocio
fallido, a lo largo de los años. Pero tampoco hay duda de que este
traspaso salvaje del dinero público a los negocios privados es una forma
de perder la vergüenza.
También es legal que desde 1984 los españoles hayamos pagado en el
recibo de la luz 4.383 millones de euros por la moratoria que suspendió
la construcción de tres centrales nucleares. Un acto propio de la
soberanía nacional se convirtió en obligación de pagos millonarios a
Iberdrola, Endesa y Unión Fenosa. Será sin duda legal lo aprobado por el
Gobierno de Felipe González, pero también parece una vergüenza. La broma ha marcado nuestros recibos durante 30 años.
Aquí ya no se trata de infamias personales, sino de un sistema injusto
que ha perdido la vergüenza democrática. Lo peor de nuestra sociedad es
que la ilegalidad es menos cruel y avariciosa que la legalidad vigente.
El dinero de la delincuencia es el chocolate del loro si se compara con
los impudores de la legalidad. Los ciudadanos somos lo que somos y,
además, pagamos la cama.
20 dic 2014
26 nov 2014
El ‘pequeño Nicolás’: la niña de Rajoy
Aunque muchos afirman que Rajoy adolece de dotes de líder y que es un perfecto inútil, su obra empieza a dar frutos.
De todos es sabido su empeño en que las cosas se hagan “como dios manda” y afirma insistentemente que tiene una virtud que destaca por encima de las demás: el sentido común.
El pequeño Nicolás se define como una persona “con sentido común, a diferencia de mucha gente en este país”. Estilo Rajoy 100%. Aparecen brotes verdes, indicios de una regeneración, de una nueva era de jóvenes emprendedores que traen un soplo de aire fresco a este país. Finalmente, la niña de Rajoy resultó ser niño.
Ahora, temiendo por su seguridad y declarando que posee material sensible que puede comprometer a altos cargos de la Administración, material que si viera la luz provocaría una cadena de dimisiones, concede entrevistas para cubrirse las espaldas. Entiende que contar lo que sabe delante de las cámaras le convierte en el hombre más seguro del mundo. Afirma que todo lo que ha hecho ha sido por salvar a España, de casta le viene al galgo. Dice que jamás ha tenido intereses económicos, le pasa lo mismo que a sus referentes políticos que hoy nos gobiernan; se hacen ricos sin querer, como una consecuencia colateral de su amor a la patria.
El pequeño Nicolás amenaza con convertirse en el nuevo Bárcenas. Parece que va a tomar el relevo de aquella pesadilla que obligó a los principales portavoces del Gobierno y del partido a salir en estricto turno rotatorio a dar la cara para justificar lo injustificable, siguiendo la clásica táctica de usar una retórica barroca, un discurso pseudotécnico vacío de contenido, en el que enumeraban nuevos recursos empresariales con los que liquidar la cuenta de presuntos delincuentes o salir al paso de cómo esos presuntos continuaban teniendo despacho, chófer y sueldo a pesar de no formar parte de la empresa.
Eran muchos los españoles que entendieron el mensaje que el presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, envió al encarcelado tesorero pidiéndole paciencia y aguante como un servicio más a la causa que sería remunerado con ayuda desde arriba, tal y como ocurrió con la fidelidad de Matas al “comerse él solito el marrón”.
A éste le concedieron el tercer grado, es decir, la suelta del preso, de forma irregular, en contra del informe de los técnicos de la prisión. El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, explicó que esta discrepancia entre lo que aconsejaba el informe de la prisión y la decisión de su secretaría era frecuente: mintió. Mercedes Gallizo, que también ocupó ese cargo durante muchos años, dijo que tal contradicción era “absolutamente excepcional”. El “Luis sé fuerte” se convertiría en una suerte de compra de silencio.
Finalmente la concesión del tercer grado fue anulada por el juzgado de Vigilancia Penitenciaria.
Ahora aparece el pequeño Nicolás diciendo que tiene datos comprometedores que pueden perjudicar a la cúpula del partido.
Entre sus acciones solo relata su empeño en hacer una España mejor y obvia los contactos que ha mantenido con alcaldes y otros cargos del partido para ofrecer presentaciones, relaciones y gestiones con las que acelerar o tramitar asuntos de forma alternativa.
La cuestión no es dilucidar si el muchacho tiene un trastorno de la personalidad o está hablando por derecho. Lo grave de este caso, que parece que todo el mundo pasa por alto, no reside en que fuera o dejara de ser un impostor, sino en el mal concepto que parecen tener los cargos del PP de sus propios compañeros. Los contactados por el pequeño Nicolás alegan que les engañó al contarles que hablaba en nombre de la dirección del partido, pero olvidan que les estaba ofreciendo un catálogo de fechorías y, al parecer, ninguno de ellos pensaba que los que habitan en las alturas de Génova pudieran ser personas honradas, lo único que les indigna es que el chaval resultara un farsante. Pasó demasiado tiempo sin que nadie descolgara el teléfono para llamar a la sede del partido y decir: “Aquí hay un mequetrefe que dice que la vicepresidenta es una delincuente y pretende corrompernos proponiéndonos negocios turbios”. No, tal cosa no se produjo, todo les parecía de lo más normal. ¡Cómo debe ser el panorama moral en el que habitan!
Se suele decir que los políticos no están en sintonía con la calle, que viven en realidades diferentes, pero al parecer la opinión que tienen los ciudadanos de la gente que nos gobierna, finalmente, coincide con la de los propios cargos del PP. Todos parecen creer que sus compañeros son unos delincuentes. Ante la propuesta de delinquir no saltan las alarmas.
En efecto, el pequeño Nicolás parece ser un impostor, mejor dicho, un presunto impostor, pues a él también hay que aplicarle la presunción de inocencia, pero esa presunción ya no cabe para los cargos a los que contactó, que ya han demostrado que no tenían el menor inconveniente en la cohabitación con el delito.
Lo grave es que, a partir de ahora, aunque no lo sepa, ya no necesita mentir. Por más que se echen las manos a la cabeza los que le incubaron y ahora nieguen el pedigrí del muchacho, bastaría con que relatara su experiencia para dejar un retrato terrible de nuestra realidad administrativa. Estos apóstoles de la aniquilación de lo público saben de qué hablan. Con estos mimbres es imposible hacer un cesto.
No les gusta que se generalice cuando se habla de delincuencia, pero que ellos creyeran en la honestidad de sus compañeros ayudaría bastante a propagar la fe, al menos, en la cúpula dirigente que constituye su luz y su guía.
Aznar debería tener en cuenta lo que subyace en todo este caso para los próximos cursos de FAES. El pequeño Nicolás ya no ocupará un sitio en su mesa, pero su ausencia les debe mover, no a la autocrítica, que significaría la autoinmolación a nada que se pusieran mínimamente exigentes, sino a la reflexión sobre hasta dónde han llegado si los suyos, que creen conocerles bien, tienen tan baja opinión de ellos.
Se impone un lavado de imagen, lo del propósito de la enmienda no está en su naturaleza. Cada vez está más claro que vinieron a por las joyas de la corona y, en esa jauría privatizadora, algunos se han saltado la legalidad. No son los que más daño han hecho.
Un caso legal que salta a los medios mientras escribo estas líneas es el de Carmen Cafranga, colega altruista de Aznar, Botella, Aguirre, Blesa…, mujer de gran poder dentro del partido que presidía una ONG: Asociación Patronato del Niño Jesús del Remedio, con la que consiguió un crédito opaco de 4,5 millones de euros de Caja Madrid siendo consejera de la entidad y que ella misma se encargó de ocultar en la documentación oficial. Pues bien, gracias al crédito se hizo una promoción inmobiliaria VPP (Vivienda con Protección Pública) en unas condiciones muy ventajosas que han producido un pelotazo de 13 millones de euros. Todo es legal, dicen, a la vez que asistimos al desalojo de la anciana de Vallecas.
El Niño Jesús del Remedio, otro que da problemas.
Estas nuevas generaciones vienen apuntando maneras.
De todos es sabido su empeño en que las cosas se hagan “como dios manda” y afirma insistentemente que tiene una virtud que destaca por encima de las demás: el sentido común.
El pequeño Nicolás se define como una persona “con sentido común, a diferencia de mucha gente en este país”. Estilo Rajoy 100%. Aparecen brotes verdes, indicios de una regeneración, de una nueva era de jóvenes emprendedores que traen un soplo de aire fresco a este país. Finalmente, la niña de Rajoy resultó ser niño.
Ahora, temiendo por su seguridad y declarando que posee material sensible que puede comprometer a altos cargos de la Administración, material que si viera la luz provocaría una cadena de dimisiones, concede entrevistas para cubrirse las espaldas. Entiende que contar lo que sabe delante de las cámaras le convierte en el hombre más seguro del mundo. Afirma que todo lo que ha hecho ha sido por salvar a España, de casta le viene al galgo. Dice que jamás ha tenido intereses económicos, le pasa lo mismo que a sus referentes políticos que hoy nos gobiernan; se hacen ricos sin querer, como una consecuencia colateral de su amor a la patria.
El pequeño Nicolás amenaza con convertirse en el nuevo Bárcenas. Parece que va a tomar el relevo de aquella pesadilla que obligó a los principales portavoces del Gobierno y del partido a salir en estricto turno rotatorio a dar la cara para justificar lo injustificable, siguiendo la clásica táctica de usar una retórica barroca, un discurso pseudotécnico vacío de contenido, en el que enumeraban nuevos recursos empresariales con los que liquidar la cuenta de presuntos delincuentes o salir al paso de cómo esos presuntos continuaban teniendo despacho, chófer y sueldo a pesar de no formar parte de la empresa.
Eran muchos los españoles que entendieron el mensaje que el presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, envió al encarcelado tesorero pidiéndole paciencia y aguante como un servicio más a la causa que sería remunerado con ayuda desde arriba, tal y como ocurrió con la fidelidad de Matas al “comerse él solito el marrón”.
A éste le concedieron el tercer grado, es decir, la suelta del preso, de forma irregular, en contra del informe de los técnicos de la prisión. El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, explicó que esta discrepancia entre lo que aconsejaba el informe de la prisión y la decisión de su secretaría era frecuente: mintió. Mercedes Gallizo, que también ocupó ese cargo durante muchos años, dijo que tal contradicción era “absolutamente excepcional”. El “Luis sé fuerte” se convertiría en una suerte de compra de silencio.
Finalmente la concesión del tercer grado fue anulada por el juzgado de Vigilancia Penitenciaria.
Ahora aparece el pequeño Nicolás diciendo que tiene datos comprometedores que pueden perjudicar a la cúpula del partido.
Entre sus acciones solo relata su empeño en hacer una España mejor y obvia los contactos que ha mantenido con alcaldes y otros cargos del partido para ofrecer presentaciones, relaciones y gestiones con las que acelerar o tramitar asuntos de forma alternativa.
La cuestión no es dilucidar si el muchacho tiene un trastorno de la personalidad o está hablando por derecho. Lo grave de este caso, que parece que todo el mundo pasa por alto, no reside en que fuera o dejara de ser un impostor, sino en el mal concepto que parecen tener los cargos del PP de sus propios compañeros. Los contactados por el pequeño Nicolás alegan que les engañó al contarles que hablaba en nombre de la dirección del partido, pero olvidan que les estaba ofreciendo un catálogo de fechorías y, al parecer, ninguno de ellos pensaba que los que habitan en las alturas de Génova pudieran ser personas honradas, lo único que les indigna es que el chaval resultara un farsante. Pasó demasiado tiempo sin que nadie descolgara el teléfono para llamar a la sede del partido y decir: “Aquí hay un mequetrefe que dice que la vicepresidenta es una delincuente y pretende corrompernos proponiéndonos negocios turbios”. No, tal cosa no se produjo, todo les parecía de lo más normal. ¡Cómo debe ser el panorama moral en el que habitan!
Se suele decir que los políticos no están en sintonía con la calle, que viven en realidades diferentes, pero al parecer la opinión que tienen los ciudadanos de la gente que nos gobierna, finalmente, coincide con la de los propios cargos del PP. Todos parecen creer que sus compañeros son unos delincuentes. Ante la propuesta de delinquir no saltan las alarmas.
En efecto, el pequeño Nicolás parece ser un impostor, mejor dicho, un presunto impostor, pues a él también hay que aplicarle la presunción de inocencia, pero esa presunción ya no cabe para los cargos a los que contactó, que ya han demostrado que no tenían el menor inconveniente en la cohabitación con el delito.
Lo grave es que, a partir de ahora, aunque no lo sepa, ya no necesita mentir. Por más que se echen las manos a la cabeza los que le incubaron y ahora nieguen el pedigrí del muchacho, bastaría con que relatara su experiencia para dejar un retrato terrible de nuestra realidad administrativa. Estos apóstoles de la aniquilación de lo público saben de qué hablan. Con estos mimbres es imposible hacer un cesto.
No les gusta que se generalice cuando se habla de delincuencia, pero que ellos creyeran en la honestidad de sus compañeros ayudaría bastante a propagar la fe, al menos, en la cúpula dirigente que constituye su luz y su guía.
Aznar debería tener en cuenta lo que subyace en todo este caso para los próximos cursos de FAES. El pequeño Nicolás ya no ocupará un sitio en su mesa, pero su ausencia les debe mover, no a la autocrítica, que significaría la autoinmolación a nada que se pusieran mínimamente exigentes, sino a la reflexión sobre hasta dónde han llegado si los suyos, que creen conocerles bien, tienen tan baja opinión de ellos.
Se impone un lavado de imagen, lo del propósito de la enmienda no está en su naturaleza. Cada vez está más claro que vinieron a por las joyas de la corona y, en esa jauría privatizadora, algunos se han saltado la legalidad. No son los que más daño han hecho.
Un caso legal que salta a los medios mientras escribo estas líneas es el de Carmen Cafranga, colega altruista de Aznar, Botella, Aguirre, Blesa…, mujer de gran poder dentro del partido que presidía una ONG: Asociación Patronato del Niño Jesús del Remedio, con la que consiguió un crédito opaco de 4,5 millones de euros de Caja Madrid siendo consejera de la entidad y que ella misma se encargó de ocultar en la documentación oficial. Pues bien, gracias al crédito se hizo una promoción inmobiliaria VPP (Vivienda con Protección Pública) en unas condiciones muy ventajosas que han producido un pelotazo de 13 millones de euros. Todo es legal, dicen, a la vez que asistimos al desalojo de la anciana de Vallecas.
El Niño Jesús del Remedio, otro que da problemas.
Estas nuevas generaciones vienen apuntando maneras.
20 nov 2014
Rajoy, tercer año: el profeta del milagro económico que falló en todo
Tres años después del arrollador triunfo electoral del PP, en España hay más paro y más pobreza. Una realidad que choca con el triunfalismo del Gobierno, que pregona una recuperación que sólo se atisba en algunas estadísticas oficiales
Este jueves 20 de noviembre se cumplen tres años del arrollador triunfo electoral del PP de Mariano Rajoy.
Los conservadores lograron entonces el mejor resultado electoral de su
historia con el apoyo del 44,6% de los votantes y 186 diputados.
Rajoy, que se había pasado los tres años que duró la legislatura anterior profetizando el desastre y prometiendo milagros, cosechó la mayoría absoluta gracias a un discurso triunfalista en el que se presentaba como el gobernante que iba a sacar a España de la crisis.
Pese a que el Gobierno vende ahora una incipiente recuperación que sólo se refleja en algunas estadísticas oficiales, tres años después en España hay más paro, más pobreza y más desigualdad.
La cifra de los que se han ido es escandalosa. Teniendo en cuenta los ocupados, los parados y los activos en diciembre de 2011 (23.440.300 activos) y en septiembre de 2014 (22.931.700 activos), 507.800 personas han sido expulsadas del mercado laboral español en los últimos tres años: son lo que han dejado de buscar trabajo o se han ido a buscarlo a otro país.
Pero lo peor, lo que invita al desánimo es que el paro de larga duración que se ha multiplicado por nueve desde el inicio de la crisis. Sólo en 2013 se disparó un 22,5% con respecto a 2012. Y en 2014 la tendencia se ha acentuado: en octubre de este año había 3.359.900 personas que llevaban un año o más en el paro; al llegar al poder el PP estaban en esa situación 2.643.200 parados. En tres años de Gobierno del PP los parados de larga duración han crecido en 716.000 personas, un 27,1% más.
El crecimiento del número de parados de larga duración ha ido acompañada de una notable reducción de la cobertura de la pretación por desempleo, que ha caído de forma sostenida: del 72% sobre el total de parados en 2009 y 2010, se pasó al 64% en 2011, al 60% en 2012, al 57% en 2013 y al 53% en 2014, siempre tomando como referencia los meses de septiembre.
También se ha disparado el porcentaje de personas que sufren dificultades —desde pocas a muchas— para llegar a fin de mes: el INE certifica que en 2011 el 58,3% de los ciudadanos tenía dificultades para acabar el mes; en 2013 el dato ya había escalado hasta el 67%. La misma tendencia se repite con los hogares que subsisten con lo justo: del 56,3% en 2011 se ha pasado al 65% en 2013.
Otro indicador del INE que da una idea de la expansión de la pobreza los últimos años es el de la Población que sufre "carencia material severa". El 4,5% de la población lo sufría en 2011, mientras que en 2013 ya era el 6,2%. Pero todavía hay más: según la misma encuesta del INE, la renta media por hogar ha bajado unos 1.000 euros entre 2011 y 2013: de 27.747 euros a 26.775.
Pero no sólo el INE confirma una realidad social que el Gobierno se empeña en no ver. Fuera también lo ven: las estadísticas del Banco Mundial también certifican que somos más pobres: y que la renta per cápita ha bajado en España de 31.118 dólares en 2011 a 29.118 en 2013.
Por lo que respecta a las exportaciones, los últimos datos confirman ese parón: el déficit comercial alcanzó en el primer semestre de 2014 los 11.882,4 millones de euros, prácticamente el doble que en el mismo período de 2013 cuando se situó en 5.824,2 millones de euros.
Las exportaciones eran la gran coartada de Rajoy: durante 2012 y 2013 crecieron de forma importante (un 3% en 2012 y un 8% en 2013). De hecho, durante esos dos años fueron prácticamente el motor de la economía española. Rajoy sacaba pecho cada vez que podía y se atribuía todo el mérito del aumento de las mismas: para el jefe del Ejecutivo eran la prueba de que la economía española era competitiva. Pero en 2014 el aumento de las exportaciones está siendo mucho más modesto: apenas un 0,5%.
Las políticas de austeridad, los recortes sociales y los ajustes no han servido para poner coto al volumen de deuda pública, que ya supone el 97,1% de PIB: el Estado español debe más de un billón de euros, en concreto 1.020.680 millones de euros. Hace exactamente tres años, en el tercer trimestre de 2012, justo antes de la llegada del PP al poder, la deuda pública alcanzaba el 66% del PIB y el país debía unos 350.000 millones menos que ahora.
Rajoy, que se había pasado los tres años que duró la legislatura anterior profetizando el desastre y prometiendo milagros, cosechó la mayoría absoluta gracias a un discurso triunfalista en el que se presentaba como el gobernante que iba a sacar a España de la crisis.
Pese a que el Gobierno vende ahora una incipiente recuperación que sólo se refleja en algunas estadísticas oficiales, tres años después en España hay más paro, más pobreza y más desigualdad.
01. Paro incontrolable
El paro es la prueba del algodón, el elemento por el que se va a juzgar la capacidad del Gobierno. El presidente Rajoy lo sabe y por eso no se cansa de repetir que España ha entrado en un nuevo ciclo, que ahora la economía española ya crea empleo después de destruirlo durante seis años consecutivos, entre 2008 y 2013. El dato es cierto, pero con matices: en lo que va de 2014 hay 508.100 parados menos pero sólo se han creado 368.800 empleos. ¿Qué indica este dato? Que no todos las personas que abandonan la cola del paro encuentran un trabajo. De hecho, sólo la mitad de los parados que dejan de serlo encuentran un empleo, generalmente precario y mal pagado; la otra mitad simplemente se rinde y deja de buscar o se va del país.La cifra de los que se han ido es escandalosa. Teniendo en cuenta los ocupados, los parados y los activos en diciembre de 2011 (23.440.300 activos) y en septiembre de 2014 (22.931.700 activos), 507.800 personas han sido expulsadas del mercado laboral español en los últimos tres años: son lo que han dejado de buscar trabajo o se han ido a buscarlo a otro país.
La
tasa de paro en diciembre de 2011 era del 22,56% y había 5.287.300
parados. Casi tres años después dicha tasa está todavía en el 23,67% y
los parados son 140.000 más
Una mirada en perspectiva a estos
tres años ofrece una realidad bien distinta, pero más realista: los
últimos datos de la EPA (tercer trimestre de 2014) indican que desde el
primer día que Rajoy pisó las alfombras de La Moncloa (21 de diciembre
de 2011) hasta hoy se han destruido 648.200 empleos y aún hay 140.400 parados más.
La tasa de paro en diciembre de 2011 era del 22,56% y había 5.287.300
parados. Casi tres años después dicha tasa está todavía en el 23,67% y
los parados son 5.427.700 personas. La tasa de actividad ha caído del
60,29% al 59,53% desde que el PP llegó al poder. Pero lo peor, lo que invita al desánimo es que el paro de larga duración que se ha multiplicado por nueve desde el inicio de la crisis. Sólo en 2013 se disparó un 22,5% con respecto a 2012. Y en 2014 la tendencia se ha acentuado: en octubre de este año había 3.359.900 personas que llevaban un año o más en el paro; al llegar al poder el PP estaban en esa situación 2.643.200 parados. En tres años de Gobierno del PP los parados de larga duración han crecido en 716.000 personas, un 27,1% más.
El crecimiento del número de parados de larga duración ha ido acompañada de una notable reducción de la cobertura de la pretación por desempleo, que ha caído de forma sostenida: del 72% sobre el total de parados en 2009 y 2010, se pasó al 64% en 2011, al 60% en 2012, al 57% en 2013 y al 53% en 2014, siempre tomando como referencia los meses de septiembre.
02. Cada vez más pobres
Con más paro del que había en 2011 es lógico que muchos indicadores señalen un incremento de la pobreza y de las problemas de los ciudadanos para afrontar la crisis. No hay que irse muy lejos para confirmar el deterioro social y económico de los últimos años: basta con mirar los datos de la Encuesta sobre Condiciones de Vida del INE. Esa encuesta señala que en 2011 el 26,7% de la población corría el riesgo de caer en la pobreza; en 2013 —últimos datos disponibles— ese porcentaje se incrementó hasta el 27,3%, y aunque aún no hay datos, todos los expertos señalan que en 2014 la situación será todavía peor.También se ha disparado el porcentaje de personas que sufren dificultades —desde pocas a muchas— para llegar a fin de mes: el INE certifica que en 2011 el 58,3% de los ciudadanos tenía dificultades para acabar el mes; en 2013 el dato ya había escalado hasta el 67%. La misma tendencia se repite con los hogares que subsisten con lo justo: del 56,3% en 2011 se ha pasado al 65% en 2013.
Otro indicador del INE que da una idea de la expansión de la pobreza los últimos años es el de la Población que sufre "carencia material severa". El 4,5% de la población lo sufría en 2011, mientras que en 2013 ya era el 6,2%. Pero todavía hay más: según la misma encuesta del INE, la renta media por hogar ha bajado unos 1.000 euros entre 2011 y 2013: de 27.747 euros a 26.775.
Pero no sólo el INE confirma una realidad social que el Gobierno se empeña en no ver. Fuera también lo ven: las estadísticas del Banco Mundial también certifican que somos más pobres: y que la renta per cápita ha bajado en España de 31.118 dólares en 2011 a 29.118 en 2013.
03. Caída del PIB
El avance de la pobreza es consecuencia de la contracción económica que ha sufrido el Producto Interior Bruto (PIB) entre 2008 y 2013. En su mensaje cargado de triunfalismo, el Gobierno de Rajoy insiste en que la economía española ha empezado a crecer en 2014. Es verdad, pero como ocurría antes, también es importante matizar que ese crecimiento es tan lento y tan leve que no puede compensar la fuerte caída de los seis años anteriores.
Desde que el PP ha llegado al poder esa riqueza nacional ha descendido en 25.966 millones de euros
En 2011 el PIB se contrajo un 0,6% (según el nuevo método contable aprobado recientemente),
pero el primer año Rajoy en el palacio de la Moncloa la situación
empeoró notablemente: la economía cayó un 2,1%. El año 2013 la no fue
mucho mejor: la economía retrocedió otro 1,2%. Este año es muy posible que el PIB crezca un 1,2%
tras seis años en los que la riqueza nacional medida por el volumen del
PIB descendiera en 67.029 millones de euros. Desde que el PP ha llegado
al poder esa riqueza nacional ha descendido en 25.966 millones de
euros, según el propio INE.04. Frenazo a las exportaciones
Siguiendo con el PIB, el Ejecutivo prevé un crecimiento para 2015 del 2%. Muchos analistas ya han señalado que es muy posible que esa previsión no se cumpla dado que hay dos factores que ejercen de freno: el descenso de las exportaciones españolas y la desacelereación de la economía de la Eurozona.Por lo que respecta a las exportaciones, los últimos datos confirman ese parón: el déficit comercial alcanzó en el primer semestre de 2014 los 11.882,4 millones de euros, prácticamente el doble que en el mismo período de 2013 cuando se situó en 5.824,2 millones de euros.
Las exportaciones eran la gran coartada de Rajoy: durante 2012 y 2013 crecieron de forma importante (un 3% en 2012 y un 8% en 2013). De hecho, durante esos dos años fueron prácticamente el motor de la economía española. Rajoy sacaba pecho cada vez que podía y se atribuía todo el mérito del aumento de las mismas: para el jefe del Ejecutivo eran la prueba de que la economía española era competitiva. Pero en 2014 el aumento de las exportaciones está siendo mucho más modesto: apenas un 0,5%.
No sólo somos más pobres que en 2011, sino que debemos más a nuestros acreedores
Es
verdad, que en contraposición, las importaciones han crecido un 5,3% en
2014 tras bajar un 1,2% en 2012 y un 3,2% en 2013. Eso denota un mayor
consumo, pero en cualquier caso ese repunte es insuficiente para
apuntalar el débil crecimiento.05. La deuda pública, en máximos históricos
Otro indicador que pone en evidencia la tan cacareada recuperación pregonada por el Gobierno es el aumento de la deuda pública. Es imparable: no sólo somos más pobres, sino que debemos más a nuestros acreedores. En los últimos años los pagos de los intereses de la deuda se han comido muchas inversiones en políticas sociales.Las políticas de austeridad, los recortes sociales y los ajustes no han servido para poner coto al volumen de deuda pública, que ya supone el 97,1% de PIB: el Estado español debe más de un billón de euros, en concreto 1.020.680 millones de euros. Hace exactamente tres años, en el tercer trimestre de 2012, justo antes de la llegada del PP al poder, la deuda pública alcanzaba el 66% del PIB y el país debía unos 350.000 millones menos que ahora.
06. Déficit público, a duras penas
Durante estos tres años Mariano Rajoy ha repetido una frase como un mantra: "No podemos gastar lo que no tenemos". El presidente y sus ministros económicos no se han cansado de repetir que el contro del déficit público es fundamental para generar crecimiento y salir de la crisis. Pero aquí también ha fracasado el Gobierno pues ha incumplido sistemáticamente los objetivos de déficit que ha impuesto la Unión Europea. El Ejecutivo de Zapatero cerró 2011 con un déficit —ayudas a las bancas incluidas— del 9,4% del PIB . El PP se echó las manos a la cabeza y dijo que ese descontrol no tendría lugar bajo la presidencia de Rajoy. No ha sido: en 2012 el déficit se disparó al 10,6% del PIB y en 2013 se quedó en el 7,1% cuando el objetivo era el 6,5%. En tres años el PP aún no ha conseguido domar el déficit público, pese a que se presentó como el mejor garante para hacerlo.
En tres años el PP aún no ha conseguido domar el déficit público, pese a que se presentó como el mejor garante para hacerlo
El
objetivo de déficit para 2014 se ha fijado en el 5,5%. Después de los
tijeretazos de los últimos años, el Gobierno pretende recortar otros
16.000 millones de euros en gasto público este año. Bruselas cree que
España tampoco cumplirá este año con el déficit —aunque sea un
incumplimiento mínimo: la Comisión Europea cree que el déficit español
cerrará en el 5,6%— aunque la diferencia entre los ingresos y los
gastos se haya reducido hasta septiembre de 2014 un 7% con respecto al
mismo periodo del año pasado.07. La morosidad bancaria sigue de récord
La morosidad bancaria no ha dejado de crecer en estos tres años aunque al menos en los últimos meses de 2014 no ha ido a peor, si bien es cierto que el grifo del crédito aún echa poca agua. Pero además de ser un buen referente para medir la capacidad económica de los ciudadanos, la morosidad denota en parte el dinamismo del sector finaciero. Y la situación no es halagüena: en octubre de 2011 la tasa de morosidad estaba en el 7,41%; en octubre de 2014 no se devuelven el 13,01% de los créditos. La cifra en términos absolutos de créditos dudosos se sitúa ahora en 180.517 millones de euros; hace tres años esa cifra era de 131.908 millones.08. Sólo la prima de riesgo da un respiro
Quizá la única buena noticia para el Gobierno del PP en estos tres años. Y para el resto del país, cabría decir. La prima de riesgo, el sobreprecio que exigen los inversores por compra bonos españoles frente al alemán, ha bajado de forma notable, sobre todo desde el verano de 2012, cuando superó los 600 puntos básicos. Ahora está en el entorno de los 130 puntos básicos.
Fue la acción de Draghi y del BCE y no la del Gobierno la que logró controlar la prima de riesgo
Pero esa bajada, y por tanto la mayor facilidad para financiarse en los mercados de deuda, no es mérito del Gobierno español sino de Mario Draghi:
en septiembre de 2012, en plena crisis de la deuda, que amenzaba con
llevarse por delante no sólo a España sino a algún otro país importante,
el presidente pronunció aquella famosa frase: "Haré lo que haga falta".
La prima empezó entonces a bajar y España pudo empezar a financiarse a
precios más razonables, a pagar menos intereses en defibitiva. Casi dos
años después, con algún que otra altibajo, la tranquilidad ha sido la
norma. De hecho, a 19 de noviembre de 2014 la prima de riesgo está en 13o puntos cuando en vísperas del triunfo electoral de Rajoy estaba en 441 puntos básicos. 19 nov 2014
Psicopatología política: informe clínico sobre el Partido Popular
Sujeto: Partido Popular (alias PP).
Fecha de nacimiento: 1989.
Cuadro clínico general: cleptomanía, depresión acompañada de episodios histéricos de euforia, pérdida del principio de realidad, bulimia financiera, terrores diurnos, trastorno lingüístico (disfasia, xenoglosia y farfulleo).
Historial
El Partido Popular nace de los estertores del franquismo, en octubre de 1976, bajo el nombre de Alianza Popular. El hecho de que tenga siete padres (los llamados siete magníficos) no facilita un proceso educativo normal. Su medio familiar se ve profundamente alterado con la llegada de las primeras elecciones democráticas. Sufre rechazo en las urnas en 1977 y pasa una adolescencia complicada, generándose una tensión permanente con el electorado español. En 1989 atraviesa una crisis aguda de personalidad, de ruptura con los siete padres, que se salda con un cambio de nombre y con la entrada en la edad adulta. En esos años, el partido se deja bigote. Aunque modifica su aspecto externo, mantiene las prácticas viciosas que provenían de la infancia. Opera con fuerza el principio de represión, que oculta ante el Yo los deseos subconscientes de búsqueda compulsiva de dinero, financiación ilegal, creación de un sistema de contabilidad paralela, etc. Estos elementos reprimidos terminan somatizándose años después en forma de abscesos barcénicos, disfasia e incluso xenoglosia (habla en lenguas desconocidas), tal y como queda de manifiesto en el discurso de Doña María Dolores de Cospedal sobre la indemnización simulada y en diferido del señor Bárcenas.
El paciente lleva una vida relativamente normal entre 1996 y 2000, pero el estrés de la mayoría absoluta rompe su equilibrio emocional. Si bien en esos años es capaz de atraer a los mejores intelectuales del país, a los que abduce en un frente maniaco contra los nacionalismos periféricos, el grueso de la ciudadanía reacciona con ira ante los primeros episodios de desfiguración de la realidad por parte del PP (caso Prestige, guerra de Irak, etc.). No obstante, la crisis más profunda se produce tras el atentado del 11-M, cuando se aprecian claros elementos delirantes y paranoides.
La victoria en 2011 hacía presagiar una vuelta a la normalidad psíquica, pero la dureza de la legislatura ha acabado reproduciendo las más alarmantes alteraciones de personalidad en su seno.
Alteración conductual: aplauso improcedente
El PP muestra una alteración profunda en la práctica del aplauso. A nuestro juicio, este comportamiento, que nunca ha sido observado en ningún otro paciente a lo largo de la historia clínica, pertenece a la familia de los actos fallidos (Fehlleistung, parapraxis), en los que el inconsciente traiciona al sujeto obligándole a hacer justo lo contrario de lo que se proponía.
El primer caso observado de aplauso improcedente tiene lugar en marzo de 2003, cuando los diputados del grupo parlamentario popular se ponen en pie y celebran con aplausos y jolgorio la decisión de que España participe en la guerra de Irak, a la que se oponía el 90% de la sociedad española. Cabe mencionar que el PP pudo haberse inspirado en el episodio protagonizado por los dirigentes del PSOE cuando acudieron a la cárcel de Guadalajara para aplaudir y vitorear a Don José Barrionuevo y Don Rafael Vera en el momento de su ingreso en prisión.
En la presente legislatura, el primer trastorno de aplauso se detecta con motivo del anuncio realizado por el presidente del Gobierno de los mayores recortes sociales de la historia de la democracia en julio de 2012. Los diputados del PP, puestos de pie, mantienen una ovación cerrada durante casi un minuto, como si Don Mariano Rajoy hubiera hecho una hazaña histórica (véase aquí). Aquel fue el mismo pleno en el que Doña Andrea Fabra, contagiada por el entusiasmo de sus compañeros, profirió el grito “¡Que se jodan!”, destinado a los parados que sufrían un recorte en el subsidio de desempleo.
El fenómeno inverso al del aplauso a destiempo se detecta en el abucheo improcedente: así ocurrió recientemente con los gritos con que fueron recibidas por la bancada popular las palabras de Don Pedro Sánchez sobre pobreza infantil. Varios diputados utilizaron expresiones sarcásticas, como "¡ooooh!", haciendo burla de los niños que pasan hambre en España (véase aquí).
La patología del aplauso improcedente se reproduce en parlamentos menores. Recientemente, los diputados del PP de la asamblea de la Comunidad de Madrid aplaudieron largamente al consejero de Sanidad, Don Javier Rodríguez, por sus declaraciones sobre Doña Teresa Romero, la enfermera contagiada de ébola (véase aquí). Este vídeo resulta especialmente interesante, pues el periodista Don Gonzo preguntó a los diputados por las razones de su aplauso, demostrando con claridad que se trataba de un acto fallido: ninguno de ellos fue capaz de dar cuenta de sus actos.
Fuera de parlamentos también se manifiesta el problema, quizá en grado aún mayor. El episodio más grave hasta la fecha de la patología aquí descrita tuvo lugar en la convención del Partido Popular sobre Estabilidad y Buen Gobierno, que tuvo lugar en Extremadura. Dicha convención se celebró a la vez que se destapaban los vuelos de Don José Antonio Monago a Tenerife, a visitar a Doña Olga María Henao, pagados a costa del erario público y disfrazados de viajes de trabajo. Toda la cúpula del PP aplaudió a rabiar al señor Monago, a quien se presentó como un paladín en la lucha contra la corrupción, emocionando al susodicho, quien rompió a llorar ante el apoyo inquebrantable de su partido (véase aquí).
Las palabras de aliento y apoyo del presidente del partido, Don Mariano Rajoy, a Don José Antonio Monago son otra manifestación sintomática del mismo acto fallido que da lugar al aplauso improcedente. Debe recordarse que Don Mariano ya hizo declaraciones muy similares a propósito de dirigentes del PP que posteriormente fueros imputados o condenados por la Justicia: Don Jaume Matas ("Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares", dijo en 2004), Don Francisco Camps ("Yo creo en ti. Y estaré detrás de ti, delante o al lado, me da igual", 2009), Don Luis Bárcenas (mediante SMS, “Luis, sé fuerte”, 2013) e incluso Don Carlos Fabra, el papá de Doña Andrea (“Fabra es un ciudadano y un político ejemplar”, 2008).
Diagnóstico
Algunos analistas han considerado que el aplauso improcedente podría formar parte de un complejo narcisista no superado. A nuestro juicio, ese punto de vista es equivocado. El aplauso, que ya se observa en algunas especies superiores de simios, debe interpretarse en el caso que nos ocupa como una descarga de energía orientada a acallar un comportamiento que es desaprobado por el Yo consciente. El aplauso improcedente de los diputados del PPes un fenómeno dominado por el instinto del Tanatos: sólo se observa en la historia del PP cuando su supervivencia electoral está en cuestión. El Ello del Partido Popular fuerza el aplauso a decisiones que llevan al paciente al suicidio político. Cuanto más perjudicial para sus propios intereses es la decisión que se toma, más fuerte y cerrada resulta la ovación del Partido Popular.
Terapia
No hay precedentes en la terapia de esta psicopatología política. Como tratamiento en el corto plazo, se recomienda a los diputados del Partido Popular que acudan al Parlamento de la nación (y a los actos del partido) con guantes de boxeo, manoplas u otros adminículos que silencien el sonido que producen las manos al chocar entre sí. No obstante, si se desea erradicar por completo la pulsión de aplaudir en el momento más inoportuno, el paciente debería someterse a una cura de desintoxicación: tras examinar el caso en profundidad, creemos que el paciente debe permanecer alejado del poder durante los próximos 74 años.
Tarifa
Según lo acordado entre este gabinete psicológico y el paciente, el presente informe se facturará sin IVA y se pagará con dinero procedente de la caja b del Partido Popular. Por el descuento del IVA, se ha he rebajado el coste de hora de trabajo de 400 a 375 euros. Teniendo en cuenta que se han invertido 246 horas, el PP adeuda a este gabinete la cantidad de 92.250 euros. El tratamiento específico de la disfasia de la señora Secretaria General, Doña María Dolores de Cospedal, sobre el finiquito de Bárcenas, es cortesía de este gabinete.
Fecha de nacimiento: 1989.
Cuadro clínico general: cleptomanía, depresión acompañada de episodios histéricos de euforia, pérdida del principio de realidad, bulimia financiera, terrores diurnos, trastorno lingüístico (disfasia, xenoglosia y farfulleo).
Historial
El Partido Popular nace de los estertores del franquismo, en octubre de 1976, bajo el nombre de Alianza Popular. El hecho de que tenga siete padres (los llamados siete magníficos) no facilita un proceso educativo normal. Su medio familiar se ve profundamente alterado con la llegada de las primeras elecciones democráticas. Sufre rechazo en las urnas en 1977 y pasa una adolescencia complicada, generándose una tensión permanente con el electorado español. En 1989 atraviesa una crisis aguda de personalidad, de ruptura con los siete padres, que se salda con un cambio de nombre y con la entrada en la edad adulta. En esos años, el partido se deja bigote. Aunque modifica su aspecto externo, mantiene las prácticas viciosas que provenían de la infancia. Opera con fuerza el principio de represión, que oculta ante el Yo los deseos subconscientes de búsqueda compulsiva de dinero, financiación ilegal, creación de un sistema de contabilidad paralela, etc. Estos elementos reprimidos terminan somatizándose años después en forma de abscesos barcénicos, disfasia e incluso xenoglosia (habla en lenguas desconocidas), tal y como queda de manifiesto en el discurso de Doña María Dolores de Cospedal sobre la indemnización simulada y en diferido del señor Bárcenas.
El paciente lleva una vida relativamente normal entre 1996 y 2000, pero el estrés de la mayoría absoluta rompe su equilibrio emocional. Si bien en esos años es capaz de atraer a los mejores intelectuales del país, a los que abduce en un frente maniaco contra los nacionalismos periféricos, el grueso de la ciudadanía reacciona con ira ante los primeros episodios de desfiguración de la realidad por parte del PP (caso Prestige, guerra de Irak, etc.). No obstante, la crisis más profunda se produce tras el atentado del 11-M, cuando se aprecian claros elementos delirantes y paranoides.
La victoria en 2011 hacía presagiar una vuelta a la normalidad psíquica, pero la dureza de la legislatura ha acabado reproduciendo las más alarmantes alteraciones de personalidad en su seno.
Alteración conductual: aplauso improcedente
El PP muestra una alteración profunda en la práctica del aplauso. A nuestro juicio, este comportamiento, que nunca ha sido observado en ningún otro paciente a lo largo de la historia clínica, pertenece a la familia de los actos fallidos (Fehlleistung, parapraxis), en los que el inconsciente traiciona al sujeto obligándole a hacer justo lo contrario de lo que se proponía.
El primer caso observado de aplauso improcedente tiene lugar en marzo de 2003, cuando los diputados del grupo parlamentario popular se ponen en pie y celebran con aplausos y jolgorio la decisión de que España participe en la guerra de Irak, a la que se oponía el 90% de la sociedad española. Cabe mencionar que el PP pudo haberse inspirado en el episodio protagonizado por los dirigentes del PSOE cuando acudieron a la cárcel de Guadalajara para aplaudir y vitorear a Don José Barrionuevo y Don Rafael Vera en el momento de su ingreso en prisión.
En la presente legislatura, el primer trastorno de aplauso se detecta con motivo del anuncio realizado por el presidente del Gobierno de los mayores recortes sociales de la historia de la democracia en julio de 2012. Los diputados del PP, puestos de pie, mantienen una ovación cerrada durante casi un minuto, como si Don Mariano Rajoy hubiera hecho una hazaña histórica (véase aquí). Aquel fue el mismo pleno en el que Doña Andrea Fabra, contagiada por el entusiasmo de sus compañeros, profirió el grito “¡Que se jodan!”, destinado a los parados que sufrían un recorte en el subsidio de desempleo.
El fenómeno inverso al del aplauso a destiempo se detecta en el abucheo improcedente: así ocurrió recientemente con los gritos con que fueron recibidas por la bancada popular las palabras de Don Pedro Sánchez sobre pobreza infantil. Varios diputados utilizaron expresiones sarcásticas, como "¡ooooh!", haciendo burla de los niños que pasan hambre en España (véase aquí).
La patología del aplauso improcedente se reproduce en parlamentos menores. Recientemente, los diputados del PP de la asamblea de la Comunidad de Madrid aplaudieron largamente al consejero de Sanidad, Don Javier Rodríguez, por sus declaraciones sobre Doña Teresa Romero, la enfermera contagiada de ébola (véase aquí). Este vídeo resulta especialmente interesante, pues el periodista Don Gonzo preguntó a los diputados por las razones de su aplauso, demostrando con claridad que se trataba de un acto fallido: ninguno de ellos fue capaz de dar cuenta de sus actos.
Fuera de parlamentos también se manifiesta el problema, quizá en grado aún mayor. El episodio más grave hasta la fecha de la patología aquí descrita tuvo lugar en la convención del Partido Popular sobre Estabilidad y Buen Gobierno, que tuvo lugar en Extremadura. Dicha convención se celebró a la vez que se destapaban los vuelos de Don José Antonio Monago a Tenerife, a visitar a Doña Olga María Henao, pagados a costa del erario público y disfrazados de viajes de trabajo. Toda la cúpula del PP aplaudió a rabiar al señor Monago, a quien se presentó como un paladín en la lucha contra la corrupción, emocionando al susodicho, quien rompió a llorar ante el apoyo inquebrantable de su partido (véase aquí).
Las palabras de aliento y apoyo del presidente del partido, Don Mariano Rajoy, a Don José Antonio Monago son otra manifestación sintomática del mismo acto fallido que da lugar al aplauso improcedente. Debe recordarse que Don Mariano ya hizo declaraciones muy similares a propósito de dirigentes del PP que posteriormente fueros imputados o condenados por la Justicia: Don Jaume Matas ("Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares", dijo en 2004), Don Francisco Camps ("Yo creo en ti. Y estaré detrás de ti, delante o al lado, me da igual", 2009), Don Luis Bárcenas (mediante SMS, “Luis, sé fuerte”, 2013) e incluso Don Carlos Fabra, el papá de Doña Andrea (“Fabra es un ciudadano y un político ejemplar”, 2008).
Diagnóstico
Algunos analistas han considerado que el aplauso improcedente podría formar parte de un complejo narcisista no superado. A nuestro juicio, ese punto de vista es equivocado. El aplauso, que ya se observa en algunas especies superiores de simios, debe interpretarse en el caso que nos ocupa como una descarga de energía orientada a acallar un comportamiento que es desaprobado por el Yo consciente. El aplauso improcedente de los diputados del PPes un fenómeno dominado por el instinto del Tanatos: sólo se observa en la historia del PP cuando su supervivencia electoral está en cuestión. El Ello del Partido Popular fuerza el aplauso a decisiones que llevan al paciente al suicidio político. Cuanto más perjudicial para sus propios intereses es la decisión que se toma, más fuerte y cerrada resulta la ovación del Partido Popular.
Terapia
No hay precedentes en la terapia de esta psicopatología política. Como tratamiento en el corto plazo, se recomienda a los diputados del Partido Popular que acudan al Parlamento de la nación (y a los actos del partido) con guantes de boxeo, manoplas u otros adminículos que silencien el sonido que producen las manos al chocar entre sí. No obstante, si se desea erradicar por completo la pulsión de aplaudir en el momento más inoportuno, el paciente debería someterse a una cura de desintoxicación: tras examinar el caso en profundidad, creemos que el paciente debe permanecer alejado del poder durante los próximos 74 años.
Tarifa
Según lo acordado entre este gabinete psicológico y el paciente, el presente informe se facturará sin IVA y se pagará con dinero procedente de la caja b del Partido Popular. Por el descuento del IVA, se ha he rebajado el coste de hora de trabajo de 400 a 375 euros. Teniendo en cuenta que se han invertido 246 horas, el PP adeuda a este gabinete la cantidad de 92.250 euros. El tratamiento específico de la disfasia de la señora Secretaria General, Doña María Dolores de Cospedal, sobre el finiquito de Bárcenas, es cortesía de este gabinete.
15 nov 2014
Quién es quién en la nueva dirección de Podemos
Además del secretario general, los simpatizantes de Podemos han elegido a 62 de los 81 miembros del Consejo Ciudadano, el máximo órgano de dirección política de la formación
Podemos ha dado este sábado a conocer los nombres de las 73 personas
que pasarán desde hoy a integrar los órganos de dirección del partido y
la Comisión de Garantías Democráticas. A la cabeza de la estructura,
ocupando la Secretaría General, se encuentra Pablo Iglesias, que ha
revalidado su liderazgo de facto en la votación llevada a cabo por la
formación esta semana, en la que han participado 107.488 personas.
Además del secretario general, los simpatizantes de Podemos debían elegir a 62 de los 81 miembros que integrarán el Consejo Ciudadano --el máximo órgano de dirección política de Podemos--. Los 19 restantes son el propio secretario general de la organización, los 17 secretarios autonómicos --que se conocerán el 14 de febrero--, y un miembro electo directamente por los inscritos de Podemos residentes en el extranjero.
Los simpatizantes también han elegido con su voto a las diez personas que integrarán la Comisión de Garantías Democráticas, compuesta por 5 miembros titulares y 5 suplentes. Al menos la mitad de los miembros debían ser juristas.
Pasa el ratón por el gráfico para conocer más sobre los miembros de la nueva dirección de Podemos:
Además del secretario general, los simpatizantes de Podemos debían elegir a 62 de los 81 miembros que integrarán el Consejo Ciudadano --el máximo órgano de dirección política de Podemos--. Los 19 restantes son el propio secretario general de la organización, los 17 secretarios autonómicos --que se conocerán el 14 de febrero--, y un miembro electo directamente por los inscritos de Podemos residentes en el extranjero.
Los simpatizantes también han elegido con su voto a las diez personas que integrarán la Comisión de Garantías Democráticas, compuesta por 5 miembros titulares y 5 suplentes. Al menos la mitad de los miembros debían ser juristas.
Pasa el ratón por el gráfico para conocer más sobre los miembros de la nueva dirección de Podemos:
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Desde el 1 de octubre
31 oct 2014
¡La que está liando Zapatero!
¡La que está liando Zapatero! Ya sabemos, porque nos lo repitieron
Rajoy y sus secuaces, a modo de consigna, hasta la saciedad, que los
males de España son todos culpa de Zapatero, incluidas las tremendas
miserias que corrompen a los que la repetían sin descanso, los del
partido de la gaviota. Imitando, ya sabemos, los métodos de Goebbels, el
ministro de Propaganda de la Alemania nazi.
La semana pasada fue una semana muy negra para los del Partido Popular. Y es que Rajoy y compañía han tenido que lidiar, día sí y día también, con gravísimos escándalos de corrupción, y lo que queda. Eso sí, como es de costumbre, y eso, imagino, también forma parte de sus ladinas consignas, minimizándolo todo, como es de rigor; como niega el ladrón sus latrocinios aunque se le pille con las manos en la masa. Y entonando un falso e hipócrita “tua culpa”, con los cínicos y vacíos discursos correspondientes de cara a la opinión pública, que luego la gente tiene que votar.
El bochornoso escándalo de las Tarjetas black de los directivos de Bankia y Caja Madrid, salpicando hasta la médula a Rodrigo Rato, ex presidente de ambas entidades y del FMI, y ex ministro de Aznar, inauguraba la primera semana horribilis para la derecha española. Lo cual no parece ser más que la punta de un gigantesco iceberg.
Supimos también la semana pasada de la imputación del ex secretario del partido, y también ex ministro de Aznar, Ángel Acebes, en la causa de los papeles de Bárcenas. Supuestamente Acebes compró acciones de Libertad Digital con fondos de la caja B del Partido Popular. Y supimos también de la imputación en la misma causa de otro Popular, José Manuel Molina, ex alcalde de Toledo, por la supuesta adjudicación irregular de una contrata a cambio de dinero destinado a la campaña electoral de Cospedal.
Y hemos sabido también, según las investigaciones de Hacienda, y por el auto emitido el pasado viernes por el juez instructor, que el total de dinero negro con que se pagó las reformas de la sede central del partido, en Génova 13, asciende presuntamente a 1,71 millones de euros.
Resumiendo muy mucho, de los altos cargos del Partido Popular no se libra casi ni el apuntador. El 75 % de los ministros de Aznar están imputados o son presuntos beneficiarios de la trama Gürtel. A todo esto, Rajoy, presidente del Gobierno de España, país también presuntamente democrático afirma: “Que se castigue a los culpables y se respete a los inocentes”; aunque, si así se hiciera, del Partido Popular, en lenguaje coloquial, no iba a quedar libre ni el Tato.
Y suma y sigue. Esta misma semana comenzó con 51 detenidos por la Fiscalía Anticorrupción, en relación a una trama mafiosa que se ha beneficiado de adjudicaciones públicas fraudulentas en 250 millones de euros sólo en dos años; uno de los detenidos, Enrique Granados, delfín de Esperanza Aguirre, y secretario general del PP en Madrid entre 2004 y 2011. Y Mariano Rajoy ¿qué dice el Presidente del gobierno ante tal compleja tesitura? Los amigos son los amigos; llamó a Acebes para solidarizarse con él, y para decirle que este asunto es “muy injusto”. Y días después, tras un espeso silencio, sale a la palestra y pide perdón. Como si el delito fuera sólo un pecado, y no un crimen. Aunque ya sabemos que el cristianismo enseña a justificar cualquier mal, que se redime, tras la confesión, con el perdón divino.
¡Angelitos! Tan cristianos ellos, y tan humanos que se ven obligados, por ahorrar, a arrasar el país, porque hay que recortar, que no hay dinero para sus lujos; aunque eso sí, son tan humanitarios y tan buenos cristianos que repatrian a dos misioneros católicos enfermos terminales de ébola, a saber por qué o por quiénes inducidos, y aun sabiendo que hubieran podido rematar la faena, contagiando una epidemia como dios manda y acabando con todo lo que se mueve y lo que no también.
Aunque la culpa de todo la sigue teniendo Zapatero y la herencia socialista. La que está liando, desde su retiro político. Las hordas rojas y judeo-masónicas son capaces de haber teledirigido a los inocentes angelotes del PP a meter la mano como autómatas, con tanto descaro, en la caja de dinero de los españoles. Y es que los radicales de izquierdas, esos malditos demócratas y defensores de los derechos humanos, son capaces de cualquier cosa, sobre todo si están comandados, en secreto, por ZP; aliado seguramente con Llamazares, el de IU, y con Pablo Iglesias, el de “Podemos”, en una conspiración marxista-leninista que pretende acabar con la España de los valores cristianos y patrios. Habría que acabar con esos tres, que en tiempos de Franco ya estarían criando malvas.
Dejando el sarcasmo a un lado, algunos dicen, los que no se enteran de nada, que todos los políticos son iguales; que el poder corrompe. Comparto más la tesis de George Bernard Shaw, quien decía que “no es cierto que el poder corrompa. Son algunos ámbitos y algunos políticos los que corrompen el poder”. Y así vamos, presenciando en directo que la realidad supera a la ficción. Por utilizar la excelente metáfora de Iñaki Gabilondo, en Alí-Babá son cuarenta los ladrones. Con Rajoy y el PP son muchísimos más.
La semana pasada fue una semana muy negra para los del Partido Popular. Y es que Rajoy y compañía han tenido que lidiar, día sí y día también, con gravísimos escándalos de corrupción, y lo que queda. Eso sí, como es de costumbre, y eso, imagino, también forma parte de sus ladinas consignas, minimizándolo todo, como es de rigor; como niega el ladrón sus latrocinios aunque se le pille con las manos en la masa. Y entonando un falso e hipócrita “tua culpa”, con los cínicos y vacíos discursos correspondientes de cara a la opinión pública, que luego la gente tiene que votar.
El bochornoso escándalo de las Tarjetas black de los directivos de Bankia y Caja Madrid, salpicando hasta la médula a Rodrigo Rato, ex presidente de ambas entidades y del FMI, y ex ministro de Aznar, inauguraba la primera semana horribilis para la derecha española. Lo cual no parece ser más que la punta de un gigantesco iceberg.
Supimos también la semana pasada de la imputación del ex secretario del partido, y también ex ministro de Aznar, Ángel Acebes, en la causa de los papeles de Bárcenas. Supuestamente Acebes compró acciones de Libertad Digital con fondos de la caja B del Partido Popular. Y supimos también de la imputación en la misma causa de otro Popular, José Manuel Molina, ex alcalde de Toledo, por la supuesta adjudicación irregular de una contrata a cambio de dinero destinado a la campaña electoral de Cospedal.
Y hemos sabido también, según las investigaciones de Hacienda, y por el auto emitido el pasado viernes por el juez instructor, que el total de dinero negro con que se pagó las reformas de la sede central del partido, en Génova 13, asciende presuntamente a 1,71 millones de euros.
Resumiendo muy mucho, de los altos cargos del Partido Popular no se libra casi ni el apuntador. El 75 % de los ministros de Aznar están imputados o son presuntos beneficiarios de la trama Gürtel. A todo esto, Rajoy, presidente del Gobierno de España, país también presuntamente democrático afirma: “Que se castigue a los culpables y se respete a los inocentes”; aunque, si así se hiciera, del Partido Popular, en lenguaje coloquial, no iba a quedar libre ni el Tato.
Y suma y sigue. Esta misma semana comenzó con 51 detenidos por la Fiscalía Anticorrupción, en relación a una trama mafiosa que se ha beneficiado de adjudicaciones públicas fraudulentas en 250 millones de euros sólo en dos años; uno de los detenidos, Enrique Granados, delfín de Esperanza Aguirre, y secretario general del PP en Madrid entre 2004 y 2011. Y Mariano Rajoy ¿qué dice el Presidente del gobierno ante tal compleja tesitura? Los amigos son los amigos; llamó a Acebes para solidarizarse con él, y para decirle que este asunto es “muy injusto”. Y días después, tras un espeso silencio, sale a la palestra y pide perdón. Como si el delito fuera sólo un pecado, y no un crimen. Aunque ya sabemos que el cristianismo enseña a justificar cualquier mal, que se redime, tras la confesión, con el perdón divino.
¡Angelitos! Tan cristianos ellos, y tan humanos que se ven obligados, por ahorrar, a arrasar el país, porque hay que recortar, que no hay dinero para sus lujos; aunque eso sí, son tan humanitarios y tan buenos cristianos que repatrian a dos misioneros católicos enfermos terminales de ébola, a saber por qué o por quiénes inducidos, y aun sabiendo que hubieran podido rematar la faena, contagiando una epidemia como dios manda y acabando con todo lo que se mueve y lo que no también.
Aunque la culpa de todo la sigue teniendo Zapatero y la herencia socialista. La que está liando, desde su retiro político. Las hordas rojas y judeo-masónicas son capaces de haber teledirigido a los inocentes angelotes del PP a meter la mano como autómatas, con tanto descaro, en la caja de dinero de los españoles. Y es que los radicales de izquierdas, esos malditos demócratas y defensores de los derechos humanos, son capaces de cualquier cosa, sobre todo si están comandados, en secreto, por ZP; aliado seguramente con Llamazares, el de IU, y con Pablo Iglesias, el de “Podemos”, en una conspiración marxista-leninista que pretende acabar con la España de los valores cristianos y patrios. Habría que acabar con esos tres, que en tiempos de Franco ya estarían criando malvas.
Dejando el sarcasmo a un lado, algunos dicen, los que no se enteran de nada, que todos los políticos son iguales; que el poder corrompe. Comparto más la tesis de George Bernard Shaw, quien decía que “no es cierto que el poder corrompa. Son algunos ámbitos y algunos políticos los que corrompen el poder”. Y así vamos, presenciando en directo que la realidad supera a la ficción. Por utilizar la excelente metáfora de Iñaki Gabilondo, en Alí-Babá son cuarenta los ladrones. Con Rajoy y el PP son muchísimos más.
30 oct 2014
O multamos a los pobres o estamos perdidos
De no ser por su alcalde del PP que es un visionario, Sevilla habría
acabado muy malamente. Distraída con sus tapitas de mojama y de
espinacas con garbanzos, con su Feria de Abril y su Esperanza Macarena,
la gente ha vivido ajena al peligro de convertirse en una “ciudad sin
ley”, algo así como Dodge City pero con Torre del Oro y sin Errol Flynn
pegando tiros. ¿Los culpables? Esos malditos pobres que lo ponen todo
perdido.
Como se ha dicho aquí alguna vez, lo de los pobres es una plaga bíblica que Moisés debió de enviar a los egipcios junto con las langostas, y si la Biblia no lo menciona es porque no sería políticamente correcto y por la censura de la época, que era casi tan férrea como la de Telecospedal . Con los pobres hay que estar muy atentos porque se reproducen como conejos, y ni les puede echar al arroz ni se les puede enviar a pasar el plumero a Fukushima como han hecho los japoneses para matar miles de pájaros de un tiro.
Los pobres y los mendigos de Sevilla tenían la fea costumbre de rebuscar en los contenedores de basura para encontrar comida, algo insoportable para una ciudad que tiene un color especial, una lunita plateada y que huele a azahar y a bosta de caballo, sobre todo al lado de la Giralda. Consciente de la amenaza que representaban, Juan Ignacio Zoido ha establecido multas de 750 euros para los desaprensivos que traten de alimentarse con los desechos de los demás, no vaya a ser que se intoxiquen, haya que atenderles y además nos cueste dinero.
La medida puede parecer partidista, ya que con la basura que existe en el PP lo normal es que estos amantes de los detritus se concentrarán junto a sus sedes en busca de las sobras o, por lo menos, de alguna adjudicación pasada de fecha. Pero eso sería no conocer a Zoido, que fue juez y de justicia entiende un rato. No se trata de evitar que los pobres hagan desaparecer la mierda del partido porque de eso ya intentan ocuparse sus propios dirigentes con inaudita presteza.
Zoido es un gestor de tomo y lomo y es consciente de que el problema de la pobreza sólo se arregla con mano dura y no con más gasto en servicios sociales. Hasta ahí podíamos llegar. El dinero de los sevillanos está para otras cosas, bien sea para pagar al ABC medio millón de euros a cambio de una página web chulísima, para promocionar también en el ABC un partido de fútbol entre el Sevilla y el Betis, del que apenas se había oído hablar en la ciudad, o para promover una Operación Talento entre ‘triunfitos’ locales con galas y grabación de maqueta incluida a razón de 23.000 euros anuales.
No está claro si a los mendigos se les permitirá pagar la multa con visa, dada la susceptibilidad que existe entre la población con eso de las tarjetas, especialmente con las de Bankia. Nadie te asegura además que el pobre no sea Rato, que después de pagar la fianza de tres millones estará tieso y si viaja a Sevilla quizá le entre hambre.
Sin embargo, el problema no tardará en presentarse ya que hay pobres que para escapar a las ordenanzas municipales son capaces de no llevar ni mil euros en la cartera. O el alcalde le echa imaginación y autoriza, por ejemplo, el pago por móvil o alguno de estos tunantes se le marcha vivo a otro contenedor.
Como se ha dicho aquí alguna vez, lo de los pobres es una plaga bíblica que Moisés debió de enviar a los egipcios junto con las langostas, y si la Biblia no lo menciona es porque no sería políticamente correcto y por la censura de la época, que era casi tan férrea como la de Telecospedal . Con los pobres hay que estar muy atentos porque se reproducen como conejos, y ni les puede echar al arroz ni se les puede enviar a pasar el plumero a Fukushima como han hecho los japoneses para matar miles de pájaros de un tiro.
Los pobres y los mendigos de Sevilla tenían la fea costumbre de rebuscar en los contenedores de basura para encontrar comida, algo insoportable para una ciudad que tiene un color especial, una lunita plateada y que huele a azahar y a bosta de caballo, sobre todo al lado de la Giralda. Consciente de la amenaza que representaban, Juan Ignacio Zoido ha establecido multas de 750 euros para los desaprensivos que traten de alimentarse con los desechos de los demás, no vaya a ser que se intoxiquen, haya que atenderles y además nos cueste dinero.
La medida puede parecer partidista, ya que con la basura que existe en el PP lo normal es que estos amantes de los detritus se concentrarán junto a sus sedes en busca de las sobras o, por lo menos, de alguna adjudicación pasada de fecha. Pero eso sería no conocer a Zoido, que fue juez y de justicia entiende un rato. No se trata de evitar que los pobres hagan desaparecer la mierda del partido porque de eso ya intentan ocuparse sus propios dirigentes con inaudita presteza.
Zoido es un gestor de tomo y lomo y es consciente de que el problema de la pobreza sólo se arregla con mano dura y no con más gasto en servicios sociales. Hasta ahí podíamos llegar. El dinero de los sevillanos está para otras cosas, bien sea para pagar al ABC medio millón de euros a cambio de una página web chulísima, para promocionar también en el ABC un partido de fútbol entre el Sevilla y el Betis, del que apenas se había oído hablar en la ciudad, o para promover una Operación Talento entre ‘triunfitos’ locales con galas y grabación de maqueta incluida a razón de 23.000 euros anuales.
No está claro si a los mendigos se les permitirá pagar la multa con visa, dada la susceptibilidad que existe entre la población con eso de las tarjetas, especialmente con las de Bankia. Nadie te asegura además que el pobre no sea Rato, que después de pagar la fianza de tres millones estará tieso y si viaja a Sevilla quizá le entre hambre.
Sin embargo, el problema no tardará en presentarse ya que hay pobres que para escapar a las ordenanzas municipales son capaces de no llevar ni mil euros en la cartera. O el alcalde le echa imaginación y autoriza, por ejemplo, el pago por móvil o alguno de estos tunantes se le marcha vivo a otro contenedor.
5 oct 2014
¿Vendo ya la casa o espero a 2015?
Cuando un propietario vende su vivienda y al hacerlo gana dinero,
Hacienda se queda con una parte de esos beneficios. Así de sencillo.
Teniendo en cuenta que es más que posible que cambie la forma de
calcular esos impuestos a pagar —el Gobierno ha aprobado un Proyecto de
Ley de Reforma Fiscal—, si la decisión de vender una casa o un local se
tomara exclusivamente por criterios tributarios...¿habría que hacerlo
antes de que acabara el año o mejor esperar a 2015, incluso a 2016?
Dicen los expertos que ojalá fuera sencilla y clara la respuesta, pero
no lo es. Cada caso y cada casa es diferente, pero para saber cuál es el
momento más conveniente es importante tener en cuenta un par de
aspectos: al año de compra de la vivienda que se quiere vender y qué se
va a hacer con el dinero obtenido en la transacción.
A efectos fiscales da igual vender en 2014, 2015 o 2016 si lo que se obtiene con la venta de la vivienda habitual (importe total de la transmisión en palabras de Hacienda) se reinvierte (en un plazo de hasta dos años, antes o después) en la compra de otra vivienda habitual. No hay, por tanto, incentivo ni penalización fiscal por hacerlo en una fecha o en otra. La decisión de vender debe tomarse por otros criterios: necesidad de más espacio, dificultades de pago, cambio de domicilio, expectativas de precio, etcétera. "También da igual vender en un año o en otro si lo que se obtiene con la operación no son precisamente beneficios, sino pérdidas. No hay que olvidar que los precios actuales de la vivienda están en niveles similares a los de 2002 y 2003", añade Fernando Encinar, cofundador y jefe de estudios del portal inmobiliario idealista.com.
Las cuestiones fiscales, por tanto, afectan sobre todo a tres colectivos de propietarios: a quienes no venden una vivienda habitual (una segunda residencia de la playa, la montaña o el campo), a quienes no tienen intención de reinvertir la cantidad obtenida en la venta en la compra de otra y a quienes realizan la venta de un inmueble pero agotan el plazo de dos años para comprar otra. Para todos estos casos, el proyecto de Ley de Reforma Fiscal presentado por el Gobierno cambia radicalmente la tributación de las ganancias obtenidas en la venta de las propiedades.
Por un lado, la reforma 'mima' a los propietarios que vendan en 2015 o
2016. Simplemente porque rebaja los tipos impositivos que se aplicarán
sobre las ganancias de un máximo del 27% actual a otro del 23% o de un
mínimo del 21% a otro del 19%. Además, deja de tener importancia el
tiempo que haya estado la vivienda en poder del comprador (lo que no
ocurre en 2014, que diferencia entre más o menos de un año).
Por otro lado, 'castiga' a los propietarios que vendan en 2015 o 2016. Simplemente porque elimina los llamados coeficientes monetarios sobre el precio de compra que a día de hoy (y hasta finales de año) permiten actualizar el precio de adquisición de las viviendas, es decir, corregirlo al alza (y con ello reducir las ganancias por las que se deben pagar impuestos).
Además, y aunque exclusivamente afecta a los propietarios de viviendas adquiridas con anterioridad al 31 de diciembre de 1994, borra de la legislación los llamados coeficientes de abatimiento que permiten reducir las ganancias fiscales acumuladas hasta el 20 de enero de 1996 en un 11,11% anual.
La reforma da una de cal y otra de arena que complica las decisiones y, una vez más, introduce el peso de la fiscalidad en el mercado inmobiliario.
"Cada caso necesita de un análisis individual pero, a grandes rasgos,
resultará más beneficioso vender en 2014 viviendas adquiridas antes de
1994 (para utilizar la exención acumulada del 11,11% anual) y los
inmuebles con mayor antigüedad desde esa fecha y hasta hoy (por la
aplicación de los coeficientes monetarios). Puede llegar a compensar
[hay que hacer previamente el cálculo de los impuestos a pagar en 2014 o
2015] negociar una bajada en el precio de la vivienda para cerrar la
operación antes de que termine el año", explica Paula Satrústegui,
directora de planificación financiera de Abante Asesores.
Y sobre el posible impacto en los precios también hace hincapié Luis del Amo, gerente y secretario técnico de Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF): "Si finalmente se pone en marcha esta nueva normativa fiscal se deja a los propietarios de viviendas antiguas (las adquiridas antes de 1994) con un estrecho margen de maniobra. Prácticamente se les empuja a vender para no perder los beneficios fiscales que hasta ahora habían consolidado. Los precios de las viviendas pueden, por tanto, caer a corto plazo y, en 2015, simplemente quedarse el mercado parado".
A pesar de la caída de precios de los últimos años, los propietarios más o menos recientes (a partir de 2005-2006) que consigan vender su vivienda con beneficios tributarán menos en 2015 que si lo hacen en 2014 (por la reducción de tipos impositivos). "No es un grupo muy numeroso de propietarios los que conseguirán esta mejora. La realidad es que la nueva reforma fiscal no es beneficiosa para la ciudadanía porque ataca al ahorro de los españoles; tiene un afán claramente recaudatorio y la política de comunicación sobre la misma ha sido prácticamente nula. Se empuja a vender en poco tiempo a muchos propietarios [piénsese en casas antiguas que se heredarán en el futuro] lo que aumenta su riesgo de no hacerlo en las condiciones y precios mínimamente exigibles", añade Encinar.
La conclusión es, por tanto, que no hay una regla fija para considerar cuándo es el mejor momento para vender. En principio, para las viviendas de más antigüedad puede resultar más rentable desde un punto de vista fiscal, su venta en 2014 porque los coeficientes de inflación y de abatimiento compensan los mayores tipos de tributación. Para las viviendas adquiridas más recientemente no siempre resultará mejor vender en 2014. Dependerá de su fecha de compra (gozarán de un mayor o menor coeficiente de actualización) y muy especialmente del importe de las ganancias obtenidas.
A efectos fiscales da igual vender en 2014, 2015 o 2016 si lo que se obtiene con la venta de la vivienda habitual (importe total de la transmisión en palabras de Hacienda) se reinvierte (en un plazo de hasta dos años, antes o después) en la compra de otra vivienda habitual. No hay, por tanto, incentivo ni penalización fiscal por hacerlo en una fecha o en otra. La decisión de vender debe tomarse por otros criterios: necesidad de más espacio, dificultades de pago, cambio de domicilio, expectativas de precio, etcétera. "También da igual vender en un año o en otro si lo que se obtiene con la operación no son precisamente beneficios, sino pérdidas. No hay que olvidar que los precios actuales de la vivienda están en niveles similares a los de 2002 y 2003", añade Fernando Encinar, cofundador y jefe de estudios del portal inmobiliario idealista.com.
Las cuestiones fiscales, por tanto, afectan sobre todo a tres colectivos de propietarios: a quienes no venden una vivienda habitual (una segunda residencia de la playa, la montaña o el campo), a quienes no tienen intención de reinvertir la cantidad obtenida en la venta en la compra de otra y a quienes realizan la venta de un inmueble pero agotan el plazo de dos años para comprar otra. Para todos estos casos, el proyecto de Ley de Reforma Fiscal presentado por el Gobierno cambia radicalmente la tributación de las ganancias obtenidas en la venta de las propiedades.
Los que compraron la casa antes de 1994 deben venderla ya para no perder los beneficios fiscales acumulados
Por otro lado, 'castiga' a los propietarios que vendan en 2015 o 2016. Simplemente porque elimina los llamados coeficientes monetarios sobre el precio de compra que a día de hoy (y hasta finales de año) permiten actualizar el precio de adquisición de las viviendas, es decir, corregirlo al alza (y con ello reducir las ganancias por las que se deben pagar impuestos).
Además, y aunque exclusivamente afecta a los propietarios de viviendas adquiridas con anterioridad al 31 de diciembre de 1994, borra de la legislación los llamados coeficientes de abatimiento que permiten reducir las ganancias fiscales acumuladas hasta el 20 de enero de 1996 en un 11,11% anual.
La reforma da una de cal y otra de arena que complica las decisiones y, una vez más, introduce el peso de la fiscalidad en el mercado inmobiliario.
Para el resto, hay que hacer cuentas: depende de la fecha de compra y, sobre todo, tener en cuenta las ganancias obtenidas
Y sobre el posible impacto en los precios también hace hincapié Luis del Amo, gerente y secretario técnico de Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF): "Si finalmente se pone en marcha esta nueva normativa fiscal se deja a los propietarios de viviendas antiguas (las adquiridas antes de 1994) con un estrecho margen de maniobra. Prácticamente se les empuja a vender para no perder los beneficios fiscales que hasta ahora habían consolidado. Los precios de las viviendas pueden, por tanto, caer a corto plazo y, en 2015, simplemente quedarse el mercado parado".
A pesar de la caída de precios de los últimos años, los propietarios más o menos recientes (a partir de 2005-2006) que consigan vender su vivienda con beneficios tributarán menos en 2015 que si lo hacen en 2014 (por la reducción de tipos impositivos). "No es un grupo muy numeroso de propietarios los que conseguirán esta mejora. La realidad es que la nueva reforma fiscal no es beneficiosa para la ciudadanía porque ataca al ahorro de los españoles; tiene un afán claramente recaudatorio y la política de comunicación sobre la misma ha sido prácticamente nula. Se empuja a vender en poco tiempo a muchos propietarios [piénsese en casas antiguas que se heredarán en el futuro] lo que aumenta su riesgo de no hacerlo en las condiciones y precios mínimamente exigibles", añade Encinar.
La conclusión es, por tanto, que no hay una regla fija para considerar cuándo es el mejor momento para vender. En principio, para las viviendas de más antigüedad puede resultar más rentable desde un punto de vista fiscal, su venta en 2014 porque los coeficientes de inflación y de abatimiento compensan los mayores tipos de tributación. Para las viviendas adquiridas más recientemente no siempre resultará mejor vender en 2014. Dependerá de su fecha de compra (gozarán de un mayor o menor coeficiente de actualización) y muy especialmente del importe de las ganancias obtenidas.
Mirar al cielo
DE DÍA
Cualquier día es propicio para echar un vistazo al cielo y relajarse viendo las nubes, a menos que el esmog fruto de la contaminación lo impida. “Su contemplación nos invita a reflexionar; nos hace ver que todo pasa y que también nosotros lo haremos”, afirma Fernando Fuentes, fundador de la Asociación Ibérica de Observadores de Nubes. Pero, ¿cómo distinguirlas? “No hay nubes iguales, pero sí las hay que responden a los mismos patrones”, relata José Miguel Viñas, consultor en la Organización Meteorológica Mundial. Si es un neófito en la materia, aquí tiene una pequeña guía para iniciarse.Cumulus fractus. Son nubes pequeñas y fragmentarias típicas de otoño e invierno debido a la presencia de corrientes de viento muy fuertes que contribuyen rápidamente a su construcción y deconstrucción. En verano también existen pero, debido a la ausencia de fuertes vientos, permanecen varadas en el cielo mientras se hacen y deshacen. De aspecto aborregado, su presencia va ligada a la aproximación de un frente. “Cielo aborregado, suelo mojado es un refrán que usa la gente del campo cuando las ven venir”, explica Viñas.
Cumulonimbo. “Están asociadas a las tormentas. Son las más espectaculares, hacen que se oscurezca el cielo”, declara Viñas. Crecen por la inestabilidad atmosférica: el aire caliente del suelo sube y llega a la nube. Existe un tipo denominado cumulonimbo mamma debido a su parecido con una mama que parece descolgarse. En ellas se forman granizos, cargas eléctricas, chubascos, lluvias... “Es bonita verla a distancia, aunque a veces puede dar incluso miedo mirarla”, incide Fuentes. Su parte superior suele ser blanca con forma de coliflor.
Cirros. Son las nubes más altas de la atmósfera, las más frágiles, finas y sutiles (parecen plumas de pájaro). Su tono blanquecino viene derivado por los cristales de hielo que la componen. Se ubican en la parte delantera de un frente que se aproxima al cabo de las seis o siete horas. “Al dejar pasar la radiación solar por los cristales, puede dar lugar a fenómenos ópticos como la formación de halos o soles falsos”, indica Viñas.
Cirrocúmulos irisados. Formación bastante alta que se tiñe de distintos colores irisados, guardando relación con fenómenos de difracción del sol como es el de los soles falsos (también conocido como parhelio). “Los cristales que componen estas nubes son más o menos gruesos, lo que provoca que con el sol puedan adoptar los colores del arcoíris”, dice Fuentes. Suelen localizarse en la espesura de nubes que reflejan la luz solar a primera hora de la mañana, o bien durante el ocaso del día.
Altocúmulos lenticulares. Se trata de una nube media relacionada con el fenómeno ondulatorio que se origina los días de mucho viento. Hay veces que la corriente del aire se ondula al chocar con alguna montaña y eso es lo que forma una capa con forma de lenteja, muy afilada. “En ocasiones surgen varias capas superpuestas en una posición fija en el cielo que han llevado a pensar que se trataban de platillos volantes”, manifiesta Viñas. Quizá es la nube más impactante, como lo refleja el hecho de que pintores como el renacentista Piero della Francesca la dibujase en alguna de sus obras.
DE NOCHE
Desentrañar algunos de los misterios del universo es posible aun sin sofisticados equipos telescópicos ni acudiendo a riscos cuasi inaccesibles. Con unos prismáticos (recomendados los de 7x50 o 10x50 mm), ropa de abrigo y mantas, una esterilla o hamaca para tumbarse, un planisferio físico o en una aplicación de móvil, una linterna de led roja (el ojo es menos sensible al rojo y no deslumbra tanto) y algo caliente para tomar en un termo, ya tenemos el kit básico para disfrutar de la vía láctea en cualquier zona oscura y despejada sin contaminación lumínica. “Coger los binoculares y mirar al espacio es también astronomía”, destaca Tomás Ruiz Lara, astrofísico de la Universidad de Granada (UGR) y miembro de la Asociación Astronómica Quarks, en Úbeda (Jaén). Si quiere pasar una velada agradable pero no sabe adónde mirar más allá de la luna, le planteamos unas recomendaciones.Galaxia de Andrómeda (M31). Es la única galaxia observable a simple vista con unos prismáticos desde nuestro hemisferio (en el sur pueden divisarse la gran y pequeña nube de Magallanes únicamente en verano). “Se trata de una galaxia relativamente cercana, de tipo espiral, como la nuestra, pero incluso más grande. Las dos están en movimiento, pero Andrómeda lo hace hacia la Vía Láctea, por lo que en algún momento a lo largo de varios miles de millones de años se estima que colisionarán”, declara Pablo Martín Fernández, astrofísico de la UGR.
Osa Mayor (UMa). “Dentro de las 88 constelaciones existentes es una de las más fáciles de localizar debido a que a través de ella se encuentra la Estrella Polar, lo que permite ubicar el norte. Siempre es visible en nuestras latitudes”, añade Ruiz Lara. Como anécdota, posee una estrella doble (Mizar y Alcor) que de un vistazo parece una sola, por lo que en la antigüedad los ejércitos árabes seleccionaban como arqueros a aquellos que pudieran distinguir ambas. Comúnmente conocida como el cazo debido a la forma que le dan los trazos imaginarios entre sus siete estrellas.
Leo (Leo). Leo forma parte de las 13 constelaciones que transcurren por la banda zodiacal (las doce que componen el horóscopo más Ofiuco), que es la zona del firmamento donde se encuentran el Sol, la luna y los planetas. Es otra de las más reconocibles al tener el trazo imaginario de un león, siendo visible desde diciembre hasta mayo en el hemisferio norte. “La constelación está formada por varias estrellas brillantes e incluso galaxias, entre las que destacan M65, M66 y NGC 3628, que conforman el llamado triplete de Leo, observable con telescopio”, puntualiza Martín Fernández.
Orión (Ori). Es una de las constelaciones más famosas del firmamento. Típica del invierno, que es cuando más estrellas se pueden vislumbrar, tiene forma de guerrero o cazador fácilmente reconocible. Las tres estrellas en línea que se hallan en la composición (Alnitak, Alnilam y Mintaka) configuran el denominado cinturón de Orión. Y no es su única particularidad. “En su entorno se pueden divisar también la nebulosa de Orión (a la altura de la espada del cazador) y las constelaciones de Lepus (conejo), Can Mayor y Can Menor (los perros de caza de Orión)”, detalla Ruiz Lara.
Sagitario (Sgr). “Constelación localizada dentro de la banda zodiacal, es conocida como el arquero aunque para muchos tiene forma de una especie de tetera”, reflexiona Ruiz Lara. Ubicada en pleno centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene muchos objetos de cielo profundo, así como cúmulos abiertos, globulares y nebulosas observables, como la de Omega. Es una de las favoritas para los aficionados a la astronomía y suele verse más durante el verano. A modo de curiosidad, de Sagitario procedía una captación de radio detectada el 15 de agosto de 1977 por el radiotelescopio Big Ear, de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU), que podría ser el único mensaje recibido hasta la fecha de origen extraterrestre. A dicho mensaje se le conoce como señal Wow!
El apoyo al PP se hunde por la desmovilización de su electorado
El apoyo al PP se hunde hasta llegar a su peor dato de toda la legislatura por la notable desmovilización de sus electores, según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS. La situación del partido de Mariano Rajoy es difícil porque el desinterés y malestar de sus hipotéticos apoyos se produce, precisamente, en el momento en el que sus adversarios políticos sí logran mostrar una notable capacidad de movilización. Está por ver si es coyuntural o si se traduce en expectativa de voto estable

Por eso, el PP cae según el sondeo del 30,37% —sobre censo— que logró en las generales de 2011 al 15,9% que muestra la encuesta. Ese dato, coherente con el 11,22% —sobre censo— del PP en las europeas, es consecuencia especialmente del hecho de que la desafección y rechazo a todo lo que tenga que ver con la política se dirige en este momento sobre todo hacia el PP. Se suma también el efecto de desmovilización entre los electores populares que puede tener el acontecimiento político que, además del desafío soberanista de Cataluña, ha marcado el inicio del curso político: la retirada del anteproyecto de ley del aborto y la posterior dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón, con tensiones en el Gobierno
Por contra, por distintos motivos y diferente intensidad, el resto de partidos sí han logrado una movilización que, según la encuesta, arrojaría un porcentaje de participación del 72,2%, medio punto más que la registrada en las generales de 2011. Especialmente han conseguido agitar al electorado el PSOE y Podemos.
El PSOE, renovado en julio y volcado en diferenciarse del PP, parece haber logrado una movilización de sus potenciales electores. El factor novedad que ha provocado la llegada de Pedro Sánchez y su hiperactividad pública parecen haber animado a los votantes socialistas y, al menos, le han llevado al 20,7%, que deja al PSOE en el mismo resultado de las generales de 2011 y por encima de las europeas. La imagen de renovación, que reconoce como posible el 73% de los votantes del PSOE, le permite apuntar a una recuperación con respecto al batacazo de las europeas, aun con el anterior equipo al frente del partido.
Con esa mayor movilización, que saca de la abstención a muchos de sus posibles votantes, el PSOE se pone por delante del PP, favorecido por la caída del partido de Rajoy, pero es preciso esperar a nuevos sondeos para comprobar si es solo una situación coyuntural por decisiones muy concretas. De momento, Sánchez tienen índices de valoración entre el conjunto de los ciudadanos mejores que los que tuvieron José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba y superiores a los de Rajoy. Para los populares, la esperanza es que si dependen de la movilización aún les queda un año hasta las generales, a la espera de que se perciba recuperación económica y los efectos de la aparente bajada de impuestos. Su ventaja es que en el electorado conservador el PP no compite contra más opciones, frente a la fragmentación de la izquierda, y su reto es sacar del malestar y el desinterés a los suyos. También está por ver si el efecto novedad de Sánchez se mantiene o si la sobreexposición le lleva a dudas y traspiés como los de esta semana, con propuestas luego corregidas y contestadas en su propio grupo.
Y, por supuesto, Podemos sigue desmostrando que ha llegado para quedarse y que no es coyuntural. Su porcentaje de voto declarado llegaría al 14,3%, es decir, consolidado como tercera fuerza política. El movimiento de Pablo Iglesias, que busca estos meses cómo dotarse de una estructura y organización, se nutre sobre todo de abstencionistas, aunque reúne votantes de diferentes opciones tradicionales, especialmente, del PSOE e IU. Su mérito es que ha incorporado a electores que daban la espalda a las urnas, con un alto nivel de movilización, que eleva el porcentaje de posible participación electoral y que se contrapone con la desidia momentánea de los votantes conservadores
IU y UPyD siguen por encima de sus resultados de 2014 y con tendencia al alza. No obstante, parecen haber perdido la capacidad de actuar como formaciones refugio de votantes desencantados y, sobre todo, de abstencionistas molestos contra los dos grandes partidos. Podemos se ha hecho con el impulso de las mareas que antes eran más próximas a IU y la bandera de la regeneración que levantó UPyD.
13 ago 2014
La Seguridad Social retrasa la jubilación de 35.000 despedidos
Empleo niega el retiro anticipado a los 61 años de los que sufrieron rescisiones individuales de contrato antes de abril de 2013 y pagan un convenio especial
Ana cumplió 61 años el 30 de julio. Agosto iba a ser el primer mes en que cobrara su pensión de 2.137 euros brutos mensuales, según le había informado la Seguridad Social en abril de este mismo año. “Parece desprenderse que usted reúne los requisitos para acceder a la jubilación en la fecha indicada [30 de julio de 2014] de acuerdo con la legislación vigente”, dice la carta que recibió del instituto público. Sin embargo, tres meses después el criterio ha cambiado y Ana se encontró con una notificación en la que le negaban su solicitud oficial para jubilarse el mismo 30 de julio, el día de su cumpleaños, y tendrá que esperar dos años más para hacerlo. Como ella, hay otras 35.000 afectados —a un ritmo de 7.000 al año hasta 2018 incluido—, según fuentes oficiales del Ministerio de Empleo.Hasta el 13 de junio Ana, temerosa de dar su nombre verdadero, se habría jubilado sin problemas. Pero ese día la dirección general de ordenación emitió un nuevo criterio de interpretación de las reglas de la jubilación anticipada que hacía más restrictiva su aplicación. Como norma general, la retrasa en dos años (o, incluso, hasta cuatro) para trabajadores que perdieron su empleo en despidos individuales antes de abril de 2013 y tienen suscritos un convenio especial por el que asumían el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social. Otro posterior del 1 de agosto incluyó también a quienes suscriben un convenio cobrando al mismo tiempo el subsido por desempleo.
Ahora Ana, que suscribió un convenio especial durante tres meses para mantener su base de cotización, a razón de 850 euros al mes, y que su futura pensión no menguara, se enfrenta a dos años en tierra de nadie. No puede seguir pagando el convenio especial, estará dos años más sin cobrar nada y, además, al no tener dinero para cotizar durante 24 meses más verá como su pensión futura se reduce. Un doble golpe.
En abril de 2013, el Gobierno endureció los requisitos de la jubilación anticipada. Hasta entonces había que estar en paro, tener 61 años y tener cotizados 30 años para retirarse del mercado laboral antes de tiempo. Después del 1 de abril del año pasado hay dos vías para llegar a la jubilación anticipada: si el trabajador había perdido su empleo en un ERE, puede retirarse hasta cuatro años antes de la edad legal de jubilación; y si procedía de un despido individual, tenía que esperar hasta dos años antes.
En este último caso, había una excepción: haber sido despedido antes del 1 de abril de 2013. Si era el caso, el afectado podía jubilarse con la legislación anterior hasta 2019, excepto si “con posterioridad a tal fecha no vuelva a quedar incluidas en alguno de los regímenes del sistema de la Seguridad Social”, explicaba una disposición de la reforma. Hasta el pasado 13 de junio, Empleo no interpretaba como “inclusión en alguno de los regímenes de la Seguridad Social” la suscripción de un convenio especial. Y así, Manuel Sánchez Galán, de 61 años, que perdió su empleo en 2010 y firmó un convenio con la Seguridad Social en 2012, ha podido jubilarse en marzo de este año.
Justo un mes después, en abril, Ana firmó su convenio, pero ya no ha podido jubilarse. Tampoco ha podido hacerlo Pedro Corro, un fotógrafo que, como Ana, acumula más de 40 años cotizados y cumplía los 61 años el pasado 19 de julio. Él ha estado pagando por su convenio especial durante un año y tres meses: 900 euros al mes. También él, como casi todos los afectados consultados para elaborar esta información, siguió los consejos de los funcionarios de la Seguridad Social y tiene cartas informativas previas al 13 de junio en las que el instituto público le dice que se puede jubilar a los 61 años.
“Se trata de aplicar la legislación de la norma más garantista posible. La Seguridad Social está en permanente proceso de revisión de sus actuaciones dada la enorme casuística que tiene que atender, siempre desde la equidad y el interés general”, argumentan desde el Ministerio de Empleo, donde niegan haber cambiado de criterio: “Solo es una aclaración ante las diferentes interpretaciones que había”.
En el Ministerio, calculan que su “aclaración” afecta a 7.000 personas cada año entre 2014 y 2018, es decir, a 35.000. Y señalan que este número es holgado para los que creen que será finalmente, puesto que cada año, defienden, menguarán los afectados. No obstante, Empleo para su cálculo solo parte de las 132.445 personas que en julio tenían suscrito uno de los dos convenios afectados por el cambio de criterio. La cifra no tiene en cuenta que la nueva interpretación de la norma llevará a que muchos potenciales suscriptores que en un futuro iban acogerse a algún convenio para mejorar su carrera de cotización o mantener su base y percibir una mejor pensión, no lo harán a partir de ahora. Y tampoco suma a quienes habiendo pagado convenio en algún momento han tenido que dejar de hacerlo sin llegar a jubilarse.
El cambio de criterio ha llevado a los sindicatos mayoritarios a reaccionar. Ambos, UGT y CC OO, ha pedido a Empleo que rectifique en el consejo del Instituto Nacional de Seguridad Social y los responsables del ramo de ambas centrales (Carmen López y Carlos Bravo, respectivamente) han enviado sendas cartas exigiendo la vuelta a la situación anterior. En la misma línea, ambos sindicatos ayer emitieron dos comunicados.
Además de la batalla sociopolítica, ahora a la Seguridad Social se le abre el frente judicial. Ni Ana ni Pedro, ni los otros afectados consultados se conforman. La primera ya ha presentado una reclamación de 13 páginas. “Estoy esperando a que mi abogado vuelva de vacaciones para poner la demanda en los tribunales”, explica el segundo. Lo mismo están haciendo dos afectados de Valladolid que prefieren no dar sus nombres porque sus antiguas empresas —con la que pactaron el despido con el horizonte del criterio previo al 13 de junio— están sopesando ser ellas quienes carguen con el coste del pleito.
Las normas para acceder antes a la pensión
- Desde abril de 2013 hay dos formas de acceder a la jubilación anticipada: la forzosa, para quienes han perdido su empleo en un despido colectivo, y la voluntaria, los trabajadores que han perdido su empleo en rescisiones de contrato individuales. En ambos casos hay que haber cotizado al menos durante 33 años.
- Los despedidos en regulaciones de empleo, convenios colectivos, acuerdos colectivos de empresa y en procedimientos causados por concursos de acreedores pueden jubilarse hasta cuatro años antes de la edad legal (entre 65 y 67 años, según el tiempo cotizado) con coeficientes de reducción por cada trimestre que se adelante el retiro entre el 1,5% y el 1,875%.
- Los despedidos individuales, en cambio, solo pueden jubilarse hasta dos años antes de la edad legal con coeficientes de reducción entre el 1,625% y el 2%.
- Ambas normas no se aplican a quienes han sido despedidos antes de abril de 2013. La excepción está vigente hasta el 1 de enero de 2019 y se pierde si el trabajador vuelve a quedar integrado en alguno de los regímenes de la Seguridad Social. No se consideran los periodos de cotización esporádicos si no suman más de 30,5 días.
- Desde junio, la Seguridad Social entiende que los que firman un convenio especial vuelven a encuadrarse en un régimen de cotización y, por tanto, pierden la excepción a la aplicación.
10 may 2014
Frank Gehry más allá del Guggenheim
En el arte de Frank Gehry fluye el desafío por dos
vertientes: por la arquitectónica y por la visual. No es una
arquitectura con la que sea fácil comulgar, sobre todo por los costes
que suponen siempre sus grandilocuentes proyectos. En el sector hay
quienes le consideran un genio innovador y otros que piensan que es una
burda imitación multimillonaria de Salvador Dalí. Uno de los más
críticos es el profesor y ex presidente de la Universidad de Boston,
John Silber. Con su libro Architecture of the Absurd: How "Genius" Disfigured a Practical Art, dirigió un cañón de agua fría hacia Gehry, acusándole de hacer triunfar el capricho sobre la racionalidad.
Sin embargo, no hay ciudad que presuma de estar a la vanguardia
constructiva que no cuente con alguna de sus tectónicas obras. En España
tenemos el Museo Guggenheim, considerado una joya embaucadora, que
atrapa a turistas en Bilbao cual Sagrada Familia en Barcelona. "Lo que
hace que mi mente hermane en mi memoria al edificio y a Marilyn Monroe
es que ambos dan cuerpo a un estilo americano de libertad. Ese estilo es
voluptuoso, emocional, intuitivo y exhibicionista", escribía el arquitecto y crítico, Herbert Muschamp, para el New York Times.
Esas palabras se podrían extrapolar a todas sus creaciones, que
comparten formas brillantes e irregulares y que consiguen armonizar a
metrópolis tan diferentes como Praga, Nueva York, Berlín o Seattle. A
continuación, hacemos un repaso por seis de sus construcciones más
emblemáticas, pues, con el permiso de la mole bilbaína, hay Gehry más
allá del Guggenheim
Clínica de salud mental Lou Ruvo

Clínica de salud mental Lou Ruvo, Las Vegas/ Flikr: John Flower
Entre las curvas paredes del
Lou Ruvo Center for Brain Health, de Las Vegas, se están realizando
algunos de los estudios neurológicos más importantes del planeta. Puede
que los futuros tratamientos para el Alzheimer, Parkinson y Huntington
se estén gestando en el sinuoso edificio. Arquitectónicamente parejo al
museo de Bilbao, su estructura achatada le da un aspecto orgánico que se
opone al árido paisaje de Nevada
Museo de la Biodiversidad

Museo de la Biodiversidad, Panamá/ Flickr: Deliventhal
Esta construcción aparece como un paraíso de color en
medio del mar y esconde algunas de las maravillas naturales de la ciudad
de Panamá. El conjunto de edificios es conocido como Puente de Vida y su diseño es heredado del nido de pájaros
que se construyó para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. El museo es
la primera construcción que Gehry ha diseñado para América Latina y en
él ha imprimido todo el colorido y la viveza que le evoca esta zona.
Casa Danzante

Casa Danzante, Praga/ Flickr: Viral Mobile
Muchos de los detractores de Gehry se refieren a su estilo como Starchitecture. Un
término que él repele porque le sugiere a "un ególatra tratando de
hacer alarde de sus mercancías a expensas del público, es un truco
periodístico oportunista". El término que mejor le define es el de la deconstrucción, al que este edificio de Praga se acoge perfectamente. Los checos lo han apodado como Fred y Ginger por sus formas, que recuerdan a dos bailarines en plena danza.
8 Spruce Street

8 Spruce Street, NY/ Flickr: Gaving Maning
Los 76 pisos del rascacielos neoyorquino lideran algunas de las mejores perspectivas del skyline
de la ciudad. Su esqueleto de hormigón, como derritiéndose bajo el sol,
está emplazado en el barrio de Manhattan, justo al sur del City Hall
Plaza y el Puente de Brooklyn. Este edificio protagonizó el desafío más
imponente para Ghery, que hasta entonces estaba acostumbrado a plasmar
su estilo en formas horizontales y macizas.
Bodega Marqués de Riscal

Bodega Marqués de Riscal, Álava/ Flickr: Alvizlo
El segundo diseño que el canadiense cedió a una ciudad
española se proyectó en uno de los hoteles más caros del mundo. Esta
construcción de La Rioja alavesa se ha convertido en el principal
destino enoturístico de la zona y en uno de los menos económicos. El
arquitecto quiso diferenciar esta edificación del Guggenheim dándole un
aspecto más atractivo visualmente: "he querido hacer algo excitante, de
fiesta, porque el vino es placer".
Sala de conciertos Walt Disney

Sala de conciertos Walt Disney, Los Angeles/ Flickr: Pedro Szelely
El Walt Disney Concert Hall, de Los Angeles, es quizá su
obra maestra y la más publicitada en las portadas de guías de viaje -¡y
hasta en los anuncios de automóviles!-. Pero también ha sido su obra
más criticada a nivel arquitectónico, sobre todo desde que fuese
denunciada por el History Channel en uno de los capítulos del programa Engineering Disasters.
Acusaban al diseño de Gehry de que el techo de metal provocase el
calentamiento de los apartamentos colindantes y que deslumbrase a los
coches que circulaban a su alrededor. El capítulo quedó en mera anécdota
cuando Frank se rascó el bolsillo y, por la módica cantidad de 40,000
dólares, consiguió que arreglaran los desperfectos.
7 abr 2014
La soberbia de la señora
Soberbia: altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.
Vanidad: arrogancia, presunción. La soberbia se define por el desprecio a
los demás. La vanidad tasa los méritos propios de manera excesiva. El
populismo dicharachero de Esperanza Aguirre siempre ha tenido más que
ver con la soberbia que con la vanidad. La simpatía y desenvoltura de esta política madrileña no se fundan en la confianza que le merecen sus virtudes
o en la necesidad de defender de manera rotunda y sin pelos en la
lengua sus convicciones. Más bien se trata de una soberbia natural, esa
que siente la dueña de un cortijo cuando habla con sus criados.
Esperanza Aguirre es una mujer literal, no genera incertidumbre, no se escuda en la pátina mentirosa de la política. Sus actitudes se acercan en cada momento a una definición palpable de la realidad. Si abandona el disfraz de la solemnidad es porque vive con la energía secular de una estirpe que no necesita justificar el origen de su poder. España y Madrid son un cortijo. España y Madrid pertenecen por nacimiento a una casta, a una élite. Cualquier alternativa a lo establecido por la tradición es un atentado injustificable que no se debe tolerar. ¿Ustedes qué se han creído? Cuando la señora Ama de un latifundio da explicaciones, no necesita argumentos, excusas, motivos. Basta con la propia desfachatez de su existencia.
España es un cortijo. Nunca se ha visto razonable que una pareja de guardias civiles le pidan a un cacique la licencia de caza cuando pasea la escopeta nacional por sus propiedades. ¿Qué es la autoridad legítima? El orgullo civil de un pueblo que quiere vivir en condiciones de igualdad. La autoridad puede convivir con la vanidad, con la fatuidad ridícula de algunos padres de la patria (expolíticos, experiodistas, financieros…). Abundan en esta Corte de los milagros. Pero la autoridad democrática es incompatible con la soberbia de los que se creen dueños de una nación por derecho de nacimiento y de clase.
Recuerdo Los santos inocentes (1981), la maravillosa novela de Miguel Delibes, un retrato perfecto de la vida de cortijo en la Extremadura de los años 60. Mario Camus hizo en 1984 un peliculón con Alfredo Landa, Terele Pávez, Paco Rabal y Juan Diego. El señorito Iván hace y deshace a su antojo en la vida de Paco y Régula. Convierte las reglas en algo muy parecido a un capricho. Bajo la aparente cercanía, bajo las declaraciones de afecto, no hay más que soberbia y derecho de posesión. Con una buena peluca rubia, Juan Diego clavaría a Esperanza Aguirre.
Doña Esperanza es una mujer literal. Pone en evidencia lo que sus compañeros de partido ocultan con la solemnidad desparramada y silábica de su hipocresía. Doña Esperanza se lleva la moto de la autoridad por delante. Cuando Mariano Rajoy afirma ante el Parlamento que no tiene nada que ver con las cuentas de su tesorero de toda la vida, se lleva también por delante la moto de la dignidad democrática de un país. Cuando Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal o Ignacio González no dimiten, después de visto lo visto y oído lo oído, se llevan muchas motos por delante y convierten a España en una monarquía bananera donde la política no tiene pudor y la vida pública se instala en la indecencia.
El mérito de doña Esperanza es que arrolla de forma literal la moto del guardia que se atreve a ponerle una multa por aparcar en un carril bus y en plena Gran Vía de Madrid. Y no es que luego se dé a la fuga con la policía detrás, es que cambia de olivo y de sombra en su cortijo. La calle, la ciudad y la nación forman parte de sus propiedades. A cualquier ciudadano se le pediría la prueba del alcohol por haber actuado así. Un cacique –digo yo- no necesita estar bebido para actuar de esa manera. Si los criados no aceptan el arreglo de la simpatía, aflora la soberbia.
Una mujer literal lo hace todo evidente. Esa ha sido la historia de Esperanza Aguirre. Llegó a la Presidencia de la Comunidad de Madrid porque dos diputados socialistas vendieron su voto para cambiar la decisión popular. Si las discusiones teóricas meditan sobra la privatización de la política en manos de los intereses económicos y sobre la pérdida de la soberanía popular, doña Esperanza aporta el ejemplo.
Ahora se discute también sobre una ley de seguridad ciudadana que humilla a la Justicia y sobre unas fuerzas del orden que parecen marionetas manipuladas por el poder. La soberbia de Esperanza Aguirre evidencia de forma clara qué significan la ley y la policía para el PP. Un último ejemplo de literalidad: la estrategia de criminalizar a las víctimas. La derecha española degrada la educación y convierte en culpables a los maestros, procura hundir la sanidad pública y acusa a los médicos, liquida los derechos laborales y responsabiliza de la situación a los trabajadores y a los sindicalistas. Pues bien, doña Esperanza humilla a unos guardias, arremete contra un moto, sale pitando en acto de clara desobediencia a la autoridad y dice luego que los pobres guindillas eran prepotentes y machistas.
Pese a las tristezas, Los santos inocentes es una novela que acaba bien. El señorito Iván se había pasado mucho al matar a la milana bonita, la grajilla de Azarías. El PP está matando muchas grajillas. Espero que las urnas den respuesta a su soberbia.
Esperanza Aguirre es una mujer literal, no genera incertidumbre, no se escuda en la pátina mentirosa de la política. Sus actitudes se acercan en cada momento a una definición palpable de la realidad. Si abandona el disfraz de la solemnidad es porque vive con la energía secular de una estirpe que no necesita justificar el origen de su poder. España y Madrid son un cortijo. España y Madrid pertenecen por nacimiento a una casta, a una élite. Cualquier alternativa a lo establecido por la tradición es un atentado injustificable que no se debe tolerar. ¿Ustedes qué se han creído? Cuando la señora Ama de un latifundio da explicaciones, no necesita argumentos, excusas, motivos. Basta con la propia desfachatez de su existencia.
España es un cortijo. Nunca se ha visto razonable que una pareja de guardias civiles le pidan a un cacique la licencia de caza cuando pasea la escopeta nacional por sus propiedades. ¿Qué es la autoridad legítima? El orgullo civil de un pueblo que quiere vivir en condiciones de igualdad. La autoridad puede convivir con la vanidad, con la fatuidad ridícula de algunos padres de la patria (expolíticos, experiodistas, financieros…). Abundan en esta Corte de los milagros. Pero la autoridad democrática es incompatible con la soberbia de los que se creen dueños de una nación por derecho de nacimiento y de clase.
Recuerdo Los santos inocentes (1981), la maravillosa novela de Miguel Delibes, un retrato perfecto de la vida de cortijo en la Extremadura de los años 60. Mario Camus hizo en 1984 un peliculón con Alfredo Landa, Terele Pávez, Paco Rabal y Juan Diego. El señorito Iván hace y deshace a su antojo en la vida de Paco y Régula. Convierte las reglas en algo muy parecido a un capricho. Bajo la aparente cercanía, bajo las declaraciones de afecto, no hay más que soberbia y derecho de posesión. Con una buena peluca rubia, Juan Diego clavaría a Esperanza Aguirre.
Doña Esperanza es una mujer literal. Pone en evidencia lo que sus compañeros de partido ocultan con la solemnidad desparramada y silábica de su hipocresía. Doña Esperanza se lleva la moto de la autoridad por delante. Cuando Mariano Rajoy afirma ante el Parlamento que no tiene nada que ver con las cuentas de su tesorero de toda la vida, se lleva también por delante la moto de la dignidad democrática de un país. Cuando Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal o Ignacio González no dimiten, después de visto lo visto y oído lo oído, se llevan muchas motos por delante y convierten a España en una monarquía bananera donde la política no tiene pudor y la vida pública se instala en la indecencia.
El mérito de doña Esperanza es que arrolla de forma literal la moto del guardia que se atreve a ponerle una multa por aparcar en un carril bus y en plena Gran Vía de Madrid. Y no es que luego se dé a la fuga con la policía detrás, es que cambia de olivo y de sombra en su cortijo. La calle, la ciudad y la nación forman parte de sus propiedades. A cualquier ciudadano se le pediría la prueba del alcohol por haber actuado así. Un cacique –digo yo- no necesita estar bebido para actuar de esa manera. Si los criados no aceptan el arreglo de la simpatía, aflora la soberbia.
Una mujer literal lo hace todo evidente. Esa ha sido la historia de Esperanza Aguirre. Llegó a la Presidencia de la Comunidad de Madrid porque dos diputados socialistas vendieron su voto para cambiar la decisión popular. Si las discusiones teóricas meditan sobra la privatización de la política en manos de los intereses económicos y sobre la pérdida de la soberanía popular, doña Esperanza aporta el ejemplo.
Ahora se discute también sobre una ley de seguridad ciudadana que humilla a la Justicia y sobre unas fuerzas del orden que parecen marionetas manipuladas por el poder. La soberbia de Esperanza Aguirre evidencia de forma clara qué significan la ley y la policía para el PP. Un último ejemplo de literalidad: la estrategia de criminalizar a las víctimas. La derecha española degrada la educación y convierte en culpables a los maestros, procura hundir la sanidad pública y acusa a los médicos, liquida los derechos laborales y responsabiliza de la situación a los trabajadores y a los sindicalistas. Pues bien, doña Esperanza humilla a unos guardias, arremete contra un moto, sale pitando en acto de clara desobediencia a la autoridad y dice luego que los pobres guindillas eran prepotentes y machistas.
Pese a las tristezas, Los santos inocentes es una novela que acaba bien. El señorito Iván se había pasado mucho al matar a la milana bonita, la grajilla de Azarías. El PP está matando muchas grajillas. Espero que las urnas den respuesta a su soberbia.
Los jóvenes de 26 años deberán acreditar falta de ingresos para no pagar la sanidad
A partir de los 26 años, quienes ya no estén cubiertos por la tarjeta sanitaria de sus padres, pero aún no hayan comenzado a cotizar, deben acreditar su falta de ingresos si quieren seguir disfrutando de la sanidad pública española. Así lo indica el nuevo Real Decreto aprobado por el Gobierno, que mantiene esta cláusula con respecto al texto anterior.
Así lo ha explicado el Ministerio de Sanidad a ELMUNDO.es, insistiendo en que este párrafo "no es ninguna novedad, se ha redactado prácticamente igual", y aclara que "todos los españoles están cubiertos" por el Sistema Nacional de Salud.
El párrafo del Real Decreto que no ha tardado en encender las redes sociales detalla que los mayores de 26 años que no hayan cotizado nunca deberán pagar la atención sanitaria que reciban "mediante el pago de la correspondiente contraprestación o cuota derivada de la suscripción de un convenio especial". Un portavoz del ministerio insiste en que esta cláusula se refiere a las rentas más altas, que deberán suscribir "un seguro de autónomo" si quieren seguir disfrutando de la sanidad sin haber cotizado.
Para las rentas más bajas, una vez cumplidos los 26 sin haber cotizado nunca, deberán acudir a la Seguridad Social en busca de un certificado que acredite su falta de ingresos para poder seguir disfrutando de su condición de 'beneficiario de un asegurado' (a cargo de sus padres). La medida afecta a miles de estudiantes o quienes opten por preparar una oposición y cumplan los 26 años sin haber cotizado nunca a la Seguridad Social; "algo que ya ocurre en la actualidad", mantiene Sanidad.
Preguntado por ELMUNDO.es, el ministerio que dirige Ana Mato ha precisado además mediante un correo electrónico que "todos los españoles y extranjeros con situación regularizada pueden tener la condición de asegurado por la vía del apartado 1 del artículo 1 del Real Decreto Ley 16/2012 (no superar el límite de ingresos determinados reglamentariamente). Todos están cubiertos".
El texto legal detalla que tendrán derecho a la asistencia sanitaria gratuita en nuestro país únicamente aquellas personas que ostenten la categoría de 'asegurados' (o beneficiarios de un asegurado, es decir, cónyuge e hijos). A saber, trabajadores afiliados a la Seguridad Social, pensionistas o quienes hayan agotado la prestación por desempleo y figuren como demandantes de empleo. Quienes no entren en ninguna de estas categorías, deberán "acreditar que no superan el límite de ingresos determinado reglamentariamente".
El Foro Español de Pacientes ha pedido a la clase política "que muestre una mayor empatía por la condición de vulnerabilidad económica y social que supone la condición de paciente, especialmente en una situación de perdida de ingresos económicos en las familias españolas y especialmente en aquellas en las que hay personas enfermas". En este sentido, recuerda que "el hecho de ser paciente no es una condición deseada por las personas y que nadie está exento de padecer una enfermedad
Así lo ha explicado el Ministerio de Sanidad a ELMUNDO.es, insistiendo en que este párrafo "no es ninguna novedad, se ha redactado prácticamente igual", y aclara que "todos los españoles están cubiertos" por el Sistema Nacional de Salud.
El párrafo del Real Decreto que no ha tardado en encender las redes sociales detalla que los mayores de 26 años que no hayan cotizado nunca deberán pagar la atención sanitaria que reciban "mediante el pago de la correspondiente contraprestación o cuota derivada de la suscripción de un convenio especial". Un portavoz del ministerio insiste en que esta cláusula se refiere a las rentas más altas, que deberán suscribir "un seguro de autónomo" si quieren seguir disfrutando de la sanidad sin haber cotizado.
Para las rentas más bajas, una vez cumplidos los 26 sin haber cotizado nunca, deberán acudir a la Seguridad Social en busca de un certificado que acredite su falta de ingresos para poder seguir disfrutando de su condición de 'beneficiario de un asegurado' (a cargo de sus padres). La medida afecta a miles de estudiantes o quienes opten por preparar una oposición y cumplan los 26 años sin haber cotizado nunca a la Seguridad Social; "algo que ya ocurre en la actualidad", mantiene Sanidad.
Preguntado por ELMUNDO.es, el ministerio que dirige Ana Mato ha precisado además mediante un correo electrónico que "todos los españoles y extranjeros con situación regularizada pueden tener la condición de asegurado por la vía del apartado 1 del artículo 1 del Real Decreto Ley 16/2012 (no superar el límite de ingresos determinados reglamentariamente). Todos están cubiertos".
El texto legal detalla que tendrán derecho a la asistencia sanitaria gratuita en nuestro país únicamente aquellas personas que ostenten la categoría de 'asegurados' (o beneficiarios de un asegurado, es decir, cónyuge e hijos). A saber, trabajadores afiliados a la Seguridad Social, pensionistas o quienes hayan agotado la prestación por desempleo y figuren como demandantes de empleo. Quienes no entren en ninguna de estas categorías, deberán "acreditar que no superan el límite de ingresos determinado reglamentariamente".
El Foro Español de Pacientes ha pedido a la clase política "que muestre una mayor empatía por la condición de vulnerabilidad económica y social que supone la condición de paciente, especialmente en una situación de perdida de ingresos económicos en las familias españolas y especialmente en aquellas en las que hay personas enfermas". En este sentido, recuerda que "el hecho de ser paciente no es una condición deseada por las personas y que nadie está exento de padecer una enfermedad
27 mar 2014
Obsesos sexuales
Después de tantos siglos de represión, lapidación de la adúltera,
marginación de la madre soltera, persecución de la homosexualidad,
encubrimiento de la pederastia y demás perversiones que padecemos por
parte de los iluminados intransigentes, es fácil concluir que este modelo dogmático de demonización de los impulsos que la naturaleza ha creado para que la especie no desaparezca, que llamamos sexo, ha fracasado.
Obviando el tema del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, que para mí es incuestionable y que por supuesto hay que defender, por desgracia, todos los días (porque nuestros próceres nos imponen su sacrosanta moral machista, con la colaboración necesaria de sus compañeras, algunas disidentes de boquilla, otras orgullosas de reivindicar su condición de inferior), me gustaría abordar el tema de la reforma de la Ley del Aborto desde otro punto de vista.
Estos señores que basan su modelo de convivencia represivo en crueles dogmas doctrinarios, inmisericordes, disfrazados de humanismo que preconiza el amor a los débiles, a los desheredados, mientras lanzan pelotas de goma contra el que se está ahogando en el mar, sólo porque es negro y pobre, en lugar de rescatarle, lanzarle un salvavidas; los mismos, esos que hablan en nombre de dios, de su dios, el mejor del todos los dioses, esos hipócritas que dictan leyes contra la libertad y la normal convivencia de los distintos grupos que poblamos los pueblos y las ciudades, están enfermos, tienen la mente nublada por fantasías perversas y en su frustración sexual nos flagelan desde sus órganos de poder.
Que las parejas del mismo sexo adquieran una serie de derechos al contraer matrimonio les parece un “ataque a la familia”. Del mismo modo que sólo hay un dios verdadero, sólo existe un modelo de familia, el suyo. Entienden que esa institución solo tiene un sentido, un único fin: la reproducción. Pues muy bien, procedan, por mi parte pueden disponer en la mesilla de noche de un hisopo con agua bendita para rociar el camisón antes de contaminarse con el pecaminoso e inevitable trámite previo, pero déjennos en paz a los demás. Alguien debería contarles que ese tipo de prácticas tan alejadas de la naturaleza humana acarrea infinidad de conflictos psíquicos que, por desgracia, pagamos nosotros cuando estos seres acceden a los despachos donde se dictan las leyes.
Esta reforma llamada Gallardón con la que pretenden aproximarnos a su modelo de mundo, el del “valle de lágrimas”, no es sólo un ataque a la mujer, a la que vapulean cada vez que pueden, porque como es sabido es la mala en su libro sagrado que, por cierto, es una mala recopilación de otros anteriores, donde sólo aparece una buena y en el anexo, que para poder ser madre de un dios humano tiene que distinguirse de las demás a través de una inmaculada concepción: todas las otras están contaminadas, desde la primera. Como decíamos, esta reforma no es sólo un ataque a la mujer, sino la consecuencia lógica de la represión sexual en la que viven.
Esta ley nunca se hubiera planteado si nos reprodujéramos por esporas, pero es, precisamente, el hecho de que el sexo intervenga en la cuestión el que nos hace merecedores de un castigo, si no divino, porque dios nunca se pronuncia, terrenal, penal, carcelario. Quieren aplicarnos por otra vía la penitencia que ellos se imponen en su precaria existencia que a todas luces les parece miserable, no se entiende de otra manera su permanente lucha contra la libertad. El que vive en “estado de gracia” siente compasión por los demás, no desarrolla un permanente deseo de venganza. No son creyentes, sólo practicantes de un modelo de rito social al que siempre perteneció la élite, el poder, el dinero.
Son plenamente conscientes de que si los demás pueden llevar una vida sin prejuicios, sin una conducta que regule sus pulsiones sexuales sino, al contrario, dando rienda suelta a sus deseos e incluso desarrollando técnicas sofisticadas que incrementen el placer del acto, eso que se ha dado en llamar erotismo, que es al sexo lo que la gastronomía a la ingesta, hacer las cosas con un poco de arte; si ellos, reprimidos de por vida en esa inversión al más allá en la que creen obtener dividendos ofreciendo su castidad al ser superior, invisible, pero que todo lo ve, dieran por bueno el uso de la libertad, vivirían con la plena conciencia de estar desperdiciando su existencia, porque carecen de fe. En esa burda representación de lo espiritual no creen ni ellos, y para paliar ese sentimiento de frustración nos convierten en pecadores a los demás y, en tanto tales, merecedores de castigo. Salen a la calle y se llaman “pro vida” mientras aplauden que se ahogue a los pobres en el mar porque creen amenazados su privilegios. Serían los primeros condenados en "El Juicio Final”. ¡Ojalá fuera cierta esa patraña!
No queremos su absolución. No queremos usar su derecho al perdón a través de la confesión. No queremos caer en sus perversiones, ni en la justificación y encubrimiento de sus comunidades pedófilas, que ustedes comprenden tan bien. Tampoco nos gusta ese entramado financiero criminal que se ha creado en el Vaticano y que a nadie parece importarle, al que su recién cesado secretario de Estado, el cardenal Tarsicio Bertone, definió en su salida como “nido de cuervos y víboras”: yo no me atrevería a tanto, pero no lo conozco por dentro como él.
Obsesos sexuales, eso es lo que son. Insanos, perversos, dementes.
No, señores reprimidos, no queremos vivir en su hipocresía, en su doble moral, en su crueldad, en su ánimo de venganza patológico.
Obviando el tema del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, que para mí es incuestionable y que por supuesto hay que defender, por desgracia, todos los días (porque nuestros próceres nos imponen su sacrosanta moral machista, con la colaboración necesaria de sus compañeras, algunas disidentes de boquilla, otras orgullosas de reivindicar su condición de inferior), me gustaría abordar el tema de la reforma de la Ley del Aborto desde otro punto de vista.
Estos señores que basan su modelo de convivencia represivo en crueles dogmas doctrinarios, inmisericordes, disfrazados de humanismo que preconiza el amor a los débiles, a los desheredados, mientras lanzan pelotas de goma contra el que se está ahogando en el mar, sólo porque es negro y pobre, en lugar de rescatarle, lanzarle un salvavidas; los mismos, esos que hablan en nombre de dios, de su dios, el mejor del todos los dioses, esos hipócritas que dictan leyes contra la libertad y la normal convivencia de los distintos grupos que poblamos los pueblos y las ciudades, están enfermos, tienen la mente nublada por fantasías perversas y en su frustración sexual nos flagelan desde sus órganos de poder.
Que las parejas del mismo sexo adquieran una serie de derechos al contraer matrimonio les parece un “ataque a la familia”. Del mismo modo que sólo hay un dios verdadero, sólo existe un modelo de familia, el suyo. Entienden que esa institución solo tiene un sentido, un único fin: la reproducción. Pues muy bien, procedan, por mi parte pueden disponer en la mesilla de noche de un hisopo con agua bendita para rociar el camisón antes de contaminarse con el pecaminoso e inevitable trámite previo, pero déjennos en paz a los demás. Alguien debería contarles que ese tipo de prácticas tan alejadas de la naturaleza humana acarrea infinidad de conflictos psíquicos que, por desgracia, pagamos nosotros cuando estos seres acceden a los despachos donde se dictan las leyes.
Esta reforma llamada Gallardón con la que pretenden aproximarnos a su modelo de mundo, el del “valle de lágrimas”, no es sólo un ataque a la mujer, a la que vapulean cada vez que pueden, porque como es sabido es la mala en su libro sagrado que, por cierto, es una mala recopilación de otros anteriores, donde sólo aparece una buena y en el anexo, que para poder ser madre de un dios humano tiene que distinguirse de las demás a través de una inmaculada concepción: todas las otras están contaminadas, desde la primera. Como decíamos, esta reforma no es sólo un ataque a la mujer, sino la consecuencia lógica de la represión sexual en la que viven.
Esta ley nunca se hubiera planteado si nos reprodujéramos por esporas, pero es, precisamente, el hecho de que el sexo intervenga en la cuestión el que nos hace merecedores de un castigo, si no divino, porque dios nunca se pronuncia, terrenal, penal, carcelario. Quieren aplicarnos por otra vía la penitencia que ellos se imponen en su precaria existencia que a todas luces les parece miserable, no se entiende de otra manera su permanente lucha contra la libertad. El que vive en “estado de gracia” siente compasión por los demás, no desarrolla un permanente deseo de venganza. No son creyentes, sólo practicantes de un modelo de rito social al que siempre perteneció la élite, el poder, el dinero.
Son plenamente conscientes de que si los demás pueden llevar una vida sin prejuicios, sin una conducta que regule sus pulsiones sexuales sino, al contrario, dando rienda suelta a sus deseos e incluso desarrollando técnicas sofisticadas que incrementen el placer del acto, eso que se ha dado en llamar erotismo, que es al sexo lo que la gastronomía a la ingesta, hacer las cosas con un poco de arte; si ellos, reprimidos de por vida en esa inversión al más allá en la que creen obtener dividendos ofreciendo su castidad al ser superior, invisible, pero que todo lo ve, dieran por bueno el uso de la libertad, vivirían con la plena conciencia de estar desperdiciando su existencia, porque carecen de fe. En esa burda representación de lo espiritual no creen ni ellos, y para paliar ese sentimiento de frustración nos convierten en pecadores a los demás y, en tanto tales, merecedores de castigo. Salen a la calle y se llaman “pro vida” mientras aplauden que se ahogue a los pobres en el mar porque creen amenazados su privilegios. Serían los primeros condenados en "El Juicio Final”. ¡Ojalá fuera cierta esa patraña!
No queremos su absolución. No queremos usar su derecho al perdón a través de la confesión. No queremos caer en sus perversiones, ni en la justificación y encubrimiento de sus comunidades pedófilas, que ustedes comprenden tan bien. Tampoco nos gusta ese entramado financiero criminal que se ha creado en el Vaticano y que a nadie parece importarle, al que su recién cesado secretario de Estado, el cardenal Tarsicio Bertone, definió en su salida como “nido de cuervos y víboras”: yo no me atrevería a tanto, pero no lo conozco por dentro como él.
Obsesos sexuales, eso es lo que son. Insanos, perversos, dementes.
No, señores reprimidos, no queremos vivir en su hipocresía, en su doble moral, en su crueldad, en su ánimo de venganza patológico.
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